Inmersa en un proceso de transformaciones dirigido a fortalecer su condición de órgano consultivo y asesor para cualquier rama de la ciencia, potenciar la investigación científica con un enfoque innovador y afianzar la integración intersectorial y multidisciplinaria lograda en el enfrentamiento a la COVID-19, la Academia de Ciencias de Cuba (ACC) cumple 60 años el 20 de febrero.
Desde 2018, la institución acompaña a la dirección del país en el estratégico propósito de conectar la ciencia, la tecnología y la innovación con todos los sectores, promoviendo un mayor vínculo universidad-empresa.
Priorizó poner el caudal de conocimientos atesorado por sus miembros en función de resolver los problemas acuciantes de la economía y de la sociedad, premisa indispensable para robustecer la independencia y la soberanía nacional y avanzar hacia un modelo de desarrollo próspero y sostenible.
Dentro de las acciones en esa dirección, la ACC creó comisiones dedicadas a indagar en todas las aristas más urgentes, como el envejecimiento poblacional y el desafío generacional, seguridad alimentaria, vivienda, ciencias básicas…
El doctor en Ciencias Luis Velázquez Pérez, presidente de la Academia de Ciencias de Cuba, refirió a Granma que, para ampliar el campo de trabajo de la institución a nivel nacional, se han creado en el último trienio ocho filiales provinciales, las cuales asumen las mismas funciones de la ACC en esos territorios.
Resaltó la participación de los académicos en el combate a la pandemia y la estrecha alianza establecida con los centros de investigación, universidades, hospitales, laboratorios, lo que, unido a la interacción plena con el Gobierno, condujo al rápido progreso de las investigaciones, la obtención en tiempo récord de nuestras vacunas, el reposicionamiento o creación de medicamentos innovadores y el diseño de protocolos de tratamiento más efectivos, basados en la evidencia científica.
Precisó el doctor Velázquez Pérez que la Academia está enfocada, igualmente, en la atención a los jóvenes científicos y en estimular su participación en proyectos investigativos que respondan a las necesidades del país.
Tras la ratificación y renovación de la membresía para el periodo 2018-2024, la presencia de jóvenes asociados a la organización aumentó en un 20 %, con respecto a la etapa precedente, apuntó.
Otra de las prioridades consiste en promover el crecimiento del número de doctores en Ciencias y equilibrar la proporción de profesionales con ese grado científico en las diferentes disciplinas.
«Un desafío impostergable es disminuir la edad de quienes adquieren ese título académico porque, como lo demuestra la experiencia nacional e internacional, un investigador que posea esa distinción antes de los 30 años tiene mucha más oportunidad y tiempo de tributar nuevos conocimientos», subrayó Velázquez Pérez.
Más allá del otorgamiento anual de los Premios Nacionales de la ACC, indicó, urge buscar nuevas formas de estimular el resultado científico, a través, por ejemplo, de promover que los jóvenes investigadores con un currículo sobresaliente tengan la oportunidad de participar en eventos, optar por becas y ser miembros de organizaciones científicas internacionales.
La doctora en Ciencias Lillian Álvarez Díaz, secretaria de la organización, señaló que en la actualidad la Academia de Ciencias de Cuba es la que tiene mayor porciento de mujeres entre las instituciones homólogas del mundo, al representar el 34 % de la membresía total, el 60 % de la junta directiva, y tres de ellas ser vicepresidentas.
Así lo mostró una encuesta realizada entre 64 academias del orbe, en la cual salió a relucir, asimismo, la existencia de algunas donde las mujeres solo representan el 10 %, reflejo de la poca promoción, visibilidad y subestimación a la presencia femenina en la ciencia.
LOS AÑOS DE LA ACADEMIA
Mediante la promulgación por el Gobierno Revolucionario, de la Ley 101, el 20 de febrero de 1962 se creó la Comisión Nacional de la Academia de Ciencias de Cuba, presidida por el capitán del Ejército Rebelde y destacado geógrafo, doctor Antonio Núñez Jiménez.
Formaron parte de ella, en sus inicios José Altshuler Gutwert, Julio Le Riverend, José López Sánchez, Juan Marinello, Salvador Massip, Abelardo Moreno Bonilla, Fernando Ortiz, Emilio Roig de Leuchsenring, y el recién fallecido doctor Gilberto Silva Taboada.
Dos años después se le incorporaron Juan Tomás Roig, Julián Acuña, Carlos Ramírez Corría, Luis Larragoiti y Mario Rodríguez Ramírez.
Heredera de la antigua Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana, la ACC asumió la organización y surgimiento de un grupo de institutos en diversas ramas del saber, entre ellos el de Información Científica, Suelos, Geografía, de la Caña de Azúcar, Zoología, Botánica y Meteorología.
Bajo su guía se lograron resultados de alto nivel, como el primer Atlas Nacional de Cuba, impreso en la extinta Unión Soviética en 1970, que contenía cerca de 150 mapas temáticos y que representó una herramienta de sumo valor en los estudios de planificación física.
Sobresalen, además, el Mapa Geológico de Cuba a escala 1:250 000, la caracterización de los recursos de la plataforma insular cubana en el plano geológico, químico y biológico y el Mapa Genético de los Suelos de Cuba, que colocó a nuestro país en un lugar cimero dentro de América Latina en esa disciplina.
Vale recordar el protagonismo de las instituciones de la Academia de Ciencias en el diseño de originales experimentos realizados durante el histórico vuelo espacial conjunto soviético-cubano, en septiembre de 1980. Varios tuvieron aplicaciones prácticas inmediatas, otros contribuyeron a mejorar las condiciones de vida y de trabajo del hombre en el espacio.
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