Cuba no renuncia a innovar, y menos hoy que los tiempos traen desafíos nunca antes vistos. Por eso tuvo tan buena acogida, este jueves en el Palacio de la Revolución, la conferencia de Silvia Schwaag Serger ante el Consejo Nacional de Innovación de la Isla, invitada a ese momento por el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez.
Los tiempos de crisis son ventanas especiales para encontrar soluciones de innovación. Esa idea es de Silvia Schwaag Serger, una de las voces más altas, en Suecia, si de innovar se trata. Ella tiene una perspectiva muy fresca del talento: propone correr los lindes, en pos del desarrollo, a través de lo diverso y de un cambio mental que incluye adquirir habilidades genéricas, a tenor con las necesidades del siglo XXI.
Por estos días Silvia Schwaag está en La Habana, hasta donde ha llegado para participar en el Congreso Internacional «Universidad 2022», evento que en su decimotercera edición comenzó el siete de febrero, y ha reunido en sus jornadas de ponencias a más de 200 académicos provenientes de una veintena de países.
La pensadora está muy ligada, desde su saber, a una Suecia que hay sabido combinar diferentes maneras del talento, que ha vivido la incorporación de la mujer a las profesiones científicas y el acercamiento de los jóvenes a empresas que ellos han terminado liderando. «Si no nos atrevemos a soñar, entonces es que no creemos en la innovación», ha dicho Silvia y así lo recogen reportes de prensa.
Esa es la convicción de quien, en la mañana de este jueves, impartió desde el Palacio de la Revolución una conferencia sobre el tema que le apasiona: la innovación. Lo hizo invitada por el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez.
«La sección del Consejo Nacional de Innovación, correspondiente a este mes, la vamos a centrar en la conferencia sobre Innovación que nos va a ofrecer la Dra. Silvia Schwaag», expresó el Jefe de Estado en una reunión que también contó desde la presidencia con el miembro del Buró Político y Primer Ministro, Manuel Marrero Cruz; con la viceprimera ministra, Inés María Chapman Waugh; así como con el miembro del Buró Político y ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), General de Cuerpo de Ejército, Álvaro López Miera.
Díaz-Canel Bermúdez habló de Silvia como «una amiga de Cuba, una persona experta en temas de innovación, que ha estado participando en el evento Universidad 2022, y que con todo agrado para nosotros, y satisfacción, accedió a la propuesta que le hicimos de desarrollar una conferencia magistral en el seno de nuestro Consejo de Innovación».
Ese fue el comienzo de una intervención concisa y muy interesante, acerca de una materia que desvela a la Mayor de las Antillas. La pensadora, actualmente miembro del Consejo de Innovación del Gobierno de Suecia, incursiona en su universo teórico desde hace veinte años.
Se afirma que ella ha diseñado, implementado y analizado políticas de innovación en el contexto sueco, y que su relación con el concepto de diversidad proviene desde realidades como haber nacido en Alemania; haberse mudado años después a Estados Unidos; hablar alemán, inglés, sueco y francés con fluidez; y tener un buen conocimiento del italiano y del mandarín. «Desde pequeña me di cuenta de que el mundo es diverso y que solo desde la diversidad se pueden afrontar los cambios. Ahora, en plena pandemia, diversidad e innovación van de la mano más que nunca», ha compartido esa definición.
La profesora está convencida de que solo desde la innovación se pueden superar la epidemia de COVID-19 y otros males parecidos que, en su entender, posiblemente sobrevengan. Para ella el nuevo coronavirus no ha traído nuevos problemas: lo que ha hecho es empeorar los ya existentes. De sencillez muy agradable, una vez que subió al podio en el Palacio de la Revolución dijo que le complacía mucho estar en Cuba —donde había estado por última vez en 2005—, y dio sentidas gracias por la invitación que le extendiera el Presidente cubano.
Luces de la conferencia
¿Cómo se mide la innovación y cuáles son sus fuentes?, preguntó, entre otras reflexiones, Silvia Schwaag Serger; y habló entonces de premisas como la formación de recursos humanos, las investigaciones en temas de innovación, el desarrollo del sector académico, la informatización y el uso de las nuevas tecnologías de la Información y la Comunicación, así como la combinación de la Academia con la industria, y el cuidado del capital social.
Entre otros conceptos que parten de su experiencia, la profesora recordó que la innovación va más allá de la tecnología; que la capacidad competitiva es vital para el desarrollo de la innovación —herramienta transformativa que puede darse incluso fuera de las carreras universitarias, atendiendo a intereses, a demandas puntuales, nacidas de diferentes usuarios a nivel nacional.
En esto de innovar, enfatizó Silvia, es muy importante no asimilar pasivamente políticas de otras naciones: tiene gran valor el hallazgo de variantes propias que aporten a los enfoques gubernamentales. Por otra parte, afirmó, resulta urgente la necesidad de fomentar un desarrollo basado en la sostenibilidad. Alertó además que Latinoamérica es una de las dos regiones del mundo donde han decrecido las investigaciones, y en ese contexto Cuba ostenta, para bien, un «compromiso muy grande» con la ciencia.
La innovación, dijo la profesora, es una política de sociedad que debe ser mirada como un todo. Y en ella hay que atender la innovación social, el papel que pueden jugar los estudiantes, y las misiones nuevas que pueden operar verdaderas transformaciones país adentro.
«Dediqué mucho tiempo en la universidad, recordó Silvia, a que el profesorado diera a los estudiantes habilidades para enfrentar los problemas del siglo XXI». Y con esa idea derivó en otras como invitar a ir más allá del sistema educativo convencional y alistar a las nuevas generaciones para un cambio mental, cultural, que lleve a una mirada general de los problemas de un país y del mundo, y que tenga el enfoque de que una oportunidad atrae otras.
Gratitud por el saber, y por el impulso
Resultó inevitable que los anfitriones formularan a Silvia muchas y profundas preguntas. La experta habló mucho más de lo que aquí se cuenta; y al final del encuentro el dignatario le agradeció por «la calidad de su conferencia».
El Presidente cubano habló de coincidencias entre lo planteado por Silvia y lo que se va haciendo en Cuba; coincidencias «con la manera en que estamos buscando que la ciencia y la innovación constituyan realmente un pilar en la gestión de Gobierno, y para que se conviertan en una fuerza de acción transformadora a nivel de la sociedad».
«Creo que compartimos todo un grupo de elementos que son importantes, que son bases conceptuales para trabajar, y de conocimiento», afirmó Díaz-Canel, quien, en alusión al Consejo Nacional de Innovación de la Isla comentó que la entidad ha vivido sus sesiones de análisis, todas animadas por dar respuestas a un grupo de problemas.
De todas las sesiones que hemos tenido se han gestado decisiones para el Gobierno, explicó el Jefe de Estado; e hizo referencia a temas de urgencia como la formación de recursos humanos, de informatización y de transformación digital de la sociedad; o a temas vinculados a las interconexiones entre sectores.
Por su aporte en conocimiento, y porque «también nos ha alentado en las maneras de hacer», Díaz-Canel Bermúdez dio sentidas gracias a la profesora Silvia, y la invitó a sostener futuros intercambios, entre ella, y el Consejo Nacional de Innovación de Cuba.
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