Uno de los fenómenos presentes en la inflación es el mercado ilegal de dólares, señaló.
“Las personas dicen que ‘no encuentro la posibilidad de comprar determinados productos en pesos y tengo que ir a adquirirlos en la tienda en MLC’, que ‘no tengo cómo adquirirlos porque no recibo remesas, no está en mi salario y no la vende el Estado, entonces tengo que ir al mercado informal a comprarla’.
“Hay bastante reclamos para que el Gobierno intervenga en el mercado cambiario, una de las soluciones a la inflación durante el Periodo especial, cuando se ofreció determinado nivel de dólares en las cadecas.
“Con el salario medio, que hoy está sobre los 4 000 pesos, mantener una estabilidad de oferta de dólares para respaldar un tipo de cambio de 1×24 demanda muchos más dólares que en el Periodo especial, cuando el salario medio giraba sobre los 300 pesos.
“La no existencia de un mercado de dólares hace que prolifere el mercado ilegal. Si nosotros entráramos en ese mercado vendiendo dólares, pudiéramos ‘competir’ con ese mercado ilegal”, dijo.
“No debemos sacar a priori la conclusión de que el tipo de cambio de equilibrio de la economía es el tipo de cambio del mercado ilegal. Pongamos que en el mercado ilegal el dólar está a 100 pesos, pero ese mercado ilegal tiene un número muy finito de transacciones. ¿Cuál es su nivel de oferta y demanda?”.
Las transacciones fundamentales de dólares del país no están en ese mercado, añadió.
“Sobre ese mercado no presionan la demanda de dólares para importar combustibles ni la demanda de dólares para importar alimentos, ni está como fuente de los ingresos por la exportación del níquel, el tabaco o el ron”, apuntó el ministro.
“Este –añadió– es un mercado muy pequeño, con un número muy limitado de transacciones y que tiene un cambio flotante, limitado, además, por las restricciones impuestas a las remesas por el Gobierno norteamericano”.
Por tanto –consideró Gil Fernández–, “lo primero es no dar como algo bueno que la tasa de cambio de equilibrio de la economía cubana es la del mercado no oficial. Este análisis se basa en la magnitud de transacciones y nivel de demandas (demandantes de divisas y oferentes) hacia ese mercado.
“Este mercado no está relacionado con la economía grande cubana, con las importaciones de alimentos de Alimport, las importaciones de Cupet, los ingresos por exportaciones, ni inyecta dólares a ese mercado ni demanda dólares del mismo”.
A juicio del ministro de Economía y Planificación, un segundo elemento esencial es la sostenibilidad para poder intervenir. “No se puede intervenir el lunes con dinero y el martes no, porque entonces estaríamos alimentando el mercado ilegal y la reventa. Es decir, se necesita sostenibilidad.
“Hoy habría que poner una X cantidad de dólares en ese mercado, que están compitiendo con los dólares que se están utilizando para respaldar las necesidades básicas del pueblo. No hay más dinero. O utilizamos los dólares para pagar el barco de arroz o combustible, o dejamos el barco a un lado y ponemos los dólares en el mercado cambiario”.
En otro momento refirió que “hay compañeros que nos dicen ’pon una tasa flotante’. Es decir, inyectar la cantidad de dólares que sea posible y eso va corrigiendo la tasa de cambio en función de la demanda. Eso, técnicamente, se puede hacer, pero ¿resolvería el problema?
“¿Cuántos cubanos, de los 11 millones que somos, vamos a tener la posibilidad de comprar esos dólares? ¿Pudiéramos adoptar nosotros una posición tan facilista como Gobierno, de inyectar divisas en el mercado cambiario, y que todo el que quiera consumir en las tiendas MLC, vaya con pesos, compre esa divisa y vaya a las tiendas MLC… ¿A qué tipo de cambio? ¿Vamos a dejar flotar el tipo de cambio? ¿Podemos decir que esa es la solución para el pueblo cubano?
“Tenemos que pensar en más de 11 millones y, dentro de estos, en los más vulnerables. No se puede apreciar como solución que se intervenga en el mercado cambiario y se deje una tasa flotante. No decimos que no sea un paso, pero no es la solución del problema de la inflación ni la solución del acceso legal a la divisa, ni el camino para que las personas, en sentido general, puedan adquirir divisas y consumir en las tiendas MLC.
“Ese diseño no podemos nosotros implementarlo a la ligera, estamos estudiando alternativas, hay intercambio con los académicos”, aseguró.
Insistió en que “al esquema cambiario tenemos que ir avanzando de manera gradual y selectiva. Tenemos que diseñar algunos mecanismos para el acceso a la divisa de exportadores, de algunos productores nacionales que pueden proveer de bienes a las tiendas en pesos y a los que les hace falta adquirir divisas para importar insumos.
“Tenemos que ir buscando mecanismos que nos permitan ir entrando en un esquema cambiario, ir inyectando determinada divisa en circulación bajo una regulación de cantidades, que no es lo mismo que mantener una oferta estable para respaldar el tipo de cambio y todos los días vender una cantidad de dólares que compiten con aquellos que necesitas para respaldar las necesidades básicas de la población.
“No podemos aparecer mañana y decirle a la gente: ‘Vamos a quitar dos libras de arroz de la libreta’ o ‘no pudimos pagar el barco de arroz, porque inyectamos el dinero al mercado cambiario. Compra MLC en el mercado cambiario para que vayas a la tienda a comprar el arroz’.
“Estamos trabajando con los académicos y buscando alternativas, pero no es sencillo. Estamos en esa dirección porque es una pieza importantísima que nos falta para poder avanzar con la gradualidad y selectividad que podemos, siempre respaldando que lo social, los servicios y productos básicos de la población van primero y la divisa que tenemos hay que priorizarla para esos gastos y ver cómo manejamos este tema del esquema cambiario.
“Son cuestiones que están hoy en el debate. Nosotros tenemos un consejo técnico asesor en el MEP. Se trabaja también con los compañeros del Banco Central. Hemos intercambiado con académicos… Es bueno este debate, pero hay que profundizar en todas las causas y avanzar en la búsqueda de soluciones ajustadas a nuestras condiciones actuales, donde lo que prima es la falta de divisas.
“Muchas de las medidas que uno quisiera tomar, y de las propuestas que estamos evaluando, como la creación de un mercado mayorista para las formas de gestión no estatal con estabilidad en la oferta, transitan por que se cuente con la divisa requerida.
“Tenemos que ir avanzando en la recuperación gradual de la economía, recuperando sectores como el turismo”, afirmó Gil Fernández.
Sobre este último sector, el ministro de Economía y Planificación informó que entre 2020 y 2021 (dos años), Cuba recibió 1 442 000 visitantes. En el 2019, antes de la covid-19 y con bloqueo, Cuba recibió 4 275 000 visitantes. En 2018, esa cifra había ascendido a 4 711 000.
“No llegamos a los cinco millones de visitantes en 2019 por el bloqueo, pues quitaron los cruceros, suspendieron y afectaron vuelos. En los últimos dos años, apenas acumulamos el 34% de lo que habíamos recibido en el 2019. Esas son las complejidades con las que estamos lidiando día a día y en ese escenario hay que mantener un presupuesto social, además de que hemos enfrentado los gastos de la covid-19 y una restricción de la actividad económica”, dijo.
Es –prosiguió– una situación bien compleja, “que nos corresponde enfrentar en colectivo, y hallar en consenso las soluciones. Es en lo que estamos enfocados y por ello estamos proyectando, incluso, un crecimiento en 2022 y avanzar en muchas de estas cuestiones, pero no vamos a resolver la inflación de un día para otro.
“No hay posibilidades de que podamos, en un corto plazo, solucionar todos estos asuntos, pero sí estamos trabajando para buscar una contención que permita con la recuperación económica del país ir ordenando estos elementos .
“El camino pasa por el incremento de la producción, por priorizar esas producciones que van directamente a la oferta, que es lo que estamos haciendo (priorizando las producciones de aseo, alimentos), constituyendo mipymes en el sector de la manufactura, buscando la forma de hacer más eficiente la comercialización, aprobando medidas en la agricultura para estimular a los productores. Pasan por ahí y se va apreciando una evolución favorable, pero no se puede duplicar ni triplicar de un día para otro las producciones.
“Tenemos que hacer muchas más cosas: seguir avanzando en las transformaciones de la empresa estatal, de los actores económicos; pensar en el diseño de un esquema cambiario ajustado a nuestras condiciones, pero en nuestra apreciación ello no transita por un tipo de cambio flotante o solución de este tipo que solo beneficiaría a una minoría.
“Tenemos un compromiso social con las personas que tienen una mayor situación de vulnerabilidad, y las soluciones tienen que pensar primero en ellos. No se pueden establecer medidas que drenen los recursos del país sin que la prioridad sea la atención a las personas que están en mayor situación de vulnerabilidad.
“La inflación hay, incluso, quien la define como un impuesto a las personas de menores ingresos, pues coloca una presión sobre aquellas personas que no tienen la posibilidad de adquirir los bienes básicos con sus ingresos. Ahí está la prioridad fundamental”, subrayó.