Tener que acudir a la llamada candonga de Santa Clara para poder adquirir una frazada de trapear al astronómico precio de 300 pesos le pareció un insulto a Nélida Suárez, trabajadora del sector de la construcción, quien no logra comprender cómo un producto vital para mantener la higiene se encuentra tan escaso.
“He recorrido todos los mercados industriales de Santa Clara en busca de una frazada, pensando en que, como la fábrica está aquí, a lo mejor pudiera encontrar una; pero nada, todas las empleadas con las que hablé me dijeron lo mismo, que ese artículo está desaparecido del mercado”, señala.
En busca de la respuesta a esa y a otras interrogantes, Granma acudió a la dirección del Grupo Empresarial de la Industria Ligera (Gempil); la Empresa Luis Augusto Turcios Lima, conocida por Sarex, entidad mayor productora de frazadas del país; a la Empresa Universal del territorio y a algunas entidades municipales del Comercio, para conocer los pormenores de un asunto que preocupa a la población.
Ofertas que no satisfacen la demanda
En la actualidad existen cuatro entidades que fabrican frazadas de piso en la nación: Sarex, en Villa Clara; la unidad empresarial Texoro, en Granma; la Hilandería Inejiro Asanuma, en Gibara, Holguín; y la Textilera Celia Sánchez Manduley, de Santiago de Cuba, las que, en su conjunto, cuando están a plena capacidad, producen entre cinco y seis millones de unidades, de los cerca de 30 que demanda el país, según Solangel Guach Martín, vicepresidenta de Gempil.
El año pasado, debido a la difícil situación económica que vive el país a causa de la pandemia y del recrudecimiento del bloqueo, de un plan de 3 000 000 de frazadas, solo se lograron producir 2,4; de los cuales se entregó al Ministerio del Comercio Interior (Mincin) para la venta a la población, la exigua cantidad de 1 035 200. El resto se destinó a organismos priorizados como Salud, Turismo y Educación, entre otros, explica la directiva.
“La mayor parte de la materia prima que utilizan nuestras fábricas es importada; la situación financiera de la nación impidió contratar las cifras de hilaza acostumbradas”, ilustra Solangel Guach, quien también menciona como otra causa de la depresión, la obsolescencia tecnológica de todas las plantas, con equipos que datan, en su mayoría, de la década de los 70 del siglo pasado.
Debido a esa situación, en la actualidad las tres fábricas de la región oriental están paralizadas, y solo produce la entidad villaclareña, explica la Vicepresidenta de Gempil.
Al respecto, Ángel Javier Acosta Ruiz, director general de Sarex, señala que, para el año en curso, la industria santaclareña tiene un plan de 900 000 frazadas.
“Aunque hay que priorizar sectores como el de la Salud, entre otros, ello no quiere decir que no entreguemos también al Mincin, aunque la lógica indica que la oferta estará muy lejos de la demanda”, refiere el directivo, quien añade que en 2021, de las poco más de 950 000 producidas en la fábrica villaclareña, a la Empresa Universal del territorio se le entregaron cerca de 500 000 para su comercialización en las unidades del Comercio; una cifra, a todas luces, insuficiente.
En estos momentos, la empresa Luis Augusto Turcios Lima, de Santa Clara, cuenta con la materia prima suficiente para asegurar la producción del primer cuatrimestre del año, a partir de la financiación por parte del Turismo, que demanda una alta cifra de frazadas, y se hacen gestiones para garantizar el resto de los insumos que permitan trabajar todo el año, explica el Director de Sarex.
Para tener una idea de la carencia del producto en la red de tiendas que venden en moneda nacional, baste decir que Santa Clara, con 85 000 núcleos, solo recibió en el año pasado unas 45 000 frazadas, dice Carlos Portal, director de la Empresa Municipal de Comercio en la capital provincial de Villa Clara.
Sobre el tema, Mercedes Díaz Cairo, administradora del Mercado Industrial Guamá, el principal de la provincia, refiere que en 2021 solo recibió 2 200 colchas de piso, una cifra insignificante para la alta demanda de ese artículo tan necesario.
Si esa es la situación de Villa Clara, el territorio que más frazadas distribuyó el pasado año, es de esperar que el contexto de otras provincias sea peor, lo cual demanda alternativas por tratarse de un producto para garantizar la higiene, lo cual estará en correspondencia con la situación y las posibilidades de la economía nacional.
En ese sentido, la participación activa de los diversos actores económicos, en alianza con los gobiernos locales, pudiera contribuir a paliar la compleja situación. Talento y ciencia existen para ello.
(Tomado de Granma)