Que no llueva ni mucho, ni poco; sino lo necesario. Que lleguen a tiempo los insumos a la cooperativa y que se le suministre al asociado y no al “socio” de la calle. Que el camión de Acopio recoja la cosecha el día acordado. Que los animales del vecino no hocen las siembras. Que el delincuente no le haya “tirado el ojo” a tus producciones… Además, el gran esfuerzo y desgaste físico que el trabajo en el campo exige, indudablemente determinan que la Agricultura, más que por mero placer, en la mayoría de los casos, se ejerza por necesidad.