Otro 17 de mayo, hace dos años, se firmó en las montañas de la Sierra Maestra y en homenaje al Día de los Campesinos, en homenaje al valiente y honesto campesino caído, y en homenaje —como decía el compañero Pepe Ramírez— a todos los que han caído por las reivindicaciones del campesinado, se firmó ese día simbólico, y como reparación definitiva de todos los abusos y de todas las injusticias, y como cumplido homenaje a los caídos, aquella Ley que venía a llenar las necesidades y las aspiraciones de nuestros campos: la Ley de Reforma Agraria.