La algarabía juvenil, el abrazo familiar y Fidel quedaron en mi memoria para siempre aquel 14 de mayo de 1961. Ese día, miles de brigadistas Conrado Benítez fuimos reunidos para nuestra salida a cumplir la tarea para la que nos habíamos brindado. La partida se demoraba y nadie explicaba las razones cuando, de repente, llegó hasta el escenario el Comandante en Jefe.