Desde hace varios años, en el mundo del voleibol se introdujo el empleo de un software llamado data volley, como instrumento de análisis del rendimiento deportivo de un equipo durante el entrenamiento o en un partido.
Cuba, en la ruta hacia la recuperación de los niveles competitivos que la llevaron a ser campeona olímpica y mundial, está sumando elementos de la ciencia y, próximamente, contará con un especialista de data volley, que trabajará con las preselecciones nacionales, aportándoles información de múltiples aspectos que pueden ser de gran ayuda para entrenadores e investigadores.
Nuestros elencos enfrentan a equipos de la élite en cierta desventaja, pues no cuentan con esos análisis, apelando entonces más a la fuerza y a la agresividad para alcanzar altos rendimientos. El data volley se unirá, como un aliado, al esfuerzo que hoy se hace para elevar la calidad con la contratación de voleibolistas en ligas foráneas y el paso de entrenadores por esos eventos, como lo hace ahora Nicolás Vives, en Emiratos Árabes Unidos.
El programa registra distintas acciones técnico-tácticas, permite estudiar el golpeo del balón, el número de jugadores en el bloqueo, la recepción, así como editar esos registros y añadirles nuevas variantes: sincronizar cada acción al video, obtener tablas y gráficos, y analizar el rendimiento acumulado por un equipo a lo largo de varios partidos, según explican Antonio García, licenciado en Ciencia de la Actividad Física y el Deporte en la Universidad de Granada, y entrenador de voleibol, y José Manuel Palao, especialista en la Universidad de Murcia. En el próximo mundial, un técnico peruano colaborará con Cuba en esa herramienta, en lo que el país forma su propio capital humano.