Así dijo durante una entrevista con 14ymedio a propósito de la publicación del volumen. “El Gobierno de mi padre, en su última etapa, convirtió a Cuba en la tercera potencia económica de la América de aquel entonces, eso hay que reconocérselo”, afirmó.
No obstante, Bobby aceptaba que Fulgencio Batista “fue dictador, con poder absoluto”. Para él, el último período gubernamental de su padre tuvo dos etapas: la iniciada con el golpe de Estado del 52 y que se extendería hasta el 54 (el período en que lo reconoce como dictador), y otra a partir de 1954, cuando “lo eligen presidente”.
Según explicaba el hijo de Batista en la entrevista, “si bien es verdad que la oposición no acudió a las elecciones, sí había senadores y representantes de la oposición en las Cámaras de Cuba, y él restableció la Constitución de 1940 con todas las garantías. (…) Fue en ese período, tan fructífero, que lanzó a Cuba a su prosperidad más grande conocida”.
Añadió que “a veces se traspasaban los límites, pero hay que tener en cuenta que en aquella Cuba había elementos muy perturbadores, sabotajes en las ciudades, atentados (…) y se creó un orden público completamente desesperado. En una Cuba que prácticamente ya había entrado en una guerra civil se cometieron atropellos por ambas partes”.
“La figura pública de mi padre ha sido en un 80% o más producto de la propaganda castrista”, dijo Bobby. Recordaba a Fulgencio Batista como “un presidente, un político, un militar, que tenía luces y sombras”, que en la familia era “didáctico, noble, cariñoso, dulce, y que además sabía mandar. Él te miraba y con su mirada ya sabías perfectamente lo que tenías que hacer”.
Roberto Batista Fernández recibirá honras fúnebres el jueves en el Tanatorio de San Isidro, Madrid. Encontrará sepultura en el panteón familiar junto a su padre Fulgencio Batista y su madre Marta Fernández.
Portada: Facebook Roberto Batista/Archivo