Hace dos años Álvaro Uribe habló de perpetrar una masacre con criterio social para acabar con la Minga indígena en el Cauca. Y hace unas horas, a lo comandante en jefe, proclamaba: “confiamos en el inmediato copamiento militar de Cali… confiamos que nuestras autoridades puedan arrestar a los vándalos domésticos y a las hordas de terroristas que han invadido la ciudad”. Declaraciones básicas para entender lo que sigue.