CIENFUEGOS.–Durante los largos meses del periodo de intensificación de la pandemia, las tiendas cienfuegueras que no operan en moneda libremente convertible solo se limitaron a vender agua mineral, pañales o algún que otro ajuar infantil. Nada más.
Para fortuna de los lugareños, y a favor de paliar los márgenes de desabastecimiento todavía imperantes, desde hace poco más de un mes y medio comienzan a registrarse, aún de forma tímida, determinadas ventas en esas tiendas en moneda nacional.
Así, durante las cinco o seis semanas más recientes, en unidades como La Nueva, Prado, La Gráfica y Bazar Guanaroca, todas de la ciudad cabecera, los clientes han accedido a jabones de tocador y de lavar, pasta de dientes, papel higiénico, gel antibacterial, picadillo de pavo, salchichas y desodorantes.
Los denominados «productos estrellas» –pollo, detergente y aceite– como medida de protección al consumidor y en búsqueda de equidad, continúan ofertándose vinculados a las libretas de abastecimiento de las bodegas, una disposición con notable aceptación por parte de la población, que reclama aún su permanencia.
Las personas comienzan a percibir la llegada de productos inexistentes durante largos meses. Su satisfacción la expresó la cienfueguera Adriana Rodríguez, al afirmar que «la reactivación de tales ventas es una posibilidad de acceder a productos que yo no puedo comprar en divisas».
Su coterráneo, Arturo Javier Santana, opinó que resulta fundamental el papel de los compañeros del Ministerio del Interior (Minint) en la organización de las colas, y destaca la participación de oficiales de alto rango, incluso hasta tenientes coroneles, dice.
La mayor del Minint, Yanirys Gallego Vera, compartió que ha tenido una vivencia más integral sobre el papel que desempeña en la sociedad la institución a la que pertenece, y que ha podido aportar directamente tanto al control de la pandemia como a la prevención y enfrentamiento de otros hechos negativos.
Ella se ufana de que ha sentido, en las colas, «el reconocimiento y el respeto del pueblo a la labor de los miembros del Ministerio del Interior».
A juicio de la capitana Indira Espinosa Castellano, «no se trata de militarizar las colas, sino de buscar cada día alternativas para establecer el orden, la tranquilidad, contribuir a que la mayor parte de las personas adquiera el producto que busca y, a la vez, ayudar a frenar la pandemia».
Ella, personalmente, llegó a confeccionar tickets, un mecanismo que considera que deberían tener todas las tiendas, porque, en su criterio, contribuye mucho a la organización de las colas.
DE COLEROS Y REVENDEDORES
Todos los pobladores entrevistados por Granma exteriorizaron dos elementos: uno, expectativa por el reinicio de las ventas en estas tiendas en moneda nacional; y el otro, su descontento porque, pese al esfuerzo de los agentes por organizar las filas, continúan los mismos rostros, diarios, de revendedores y coleros.
«Aun cuando vivimos la nueva normalidad, no se ha dejado de trabajar en el enfrentamiento a los coleros, revendedores y acaparadores», explicó Florentino Pérez Valladares, funcionario del Gobierno provincial, quien señaló que el escenario actual se mantiene caracterizado por el desabastecimiento de alimentos y otros productos.
En momentos intensos de la pandemia de la COVID-19, los grupos de apoyo en los diferentes escenarios de comercialización asumieron un rol importante. Al referirse al comportamiento actual, Pérez Valladares señaló que «los grupos se mantienen, aunque prevalece la presencia de los compañeros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y del Ministerio del Interior, con una estabilidad y desempeño muy positivos».
El funcionamiento estable y efectivo de los grupos de apoyo resulta una arista abordada en diversas ocasiones por las autoridades de la provincia. En fecha reciente, Alexandre Corona Quintero, gobernador de Cienfuegos, insistió en retomar las mejores prácticas y llamó a reorganizar dichos grupos.
«Hay que lograr que además de los compañeros de las FAR, del Minint y de las administraciones de las tiendas, se integren los representantes de las organizaciones. De igual modo, deben adoptarse las variantes más viables para identificar a sus miembros y que asuman su rol en la garantía del orden», dijo Corona.
Se percibe que en el caso de los establecimientos localizados en los consejos populares del municipio cabecera y en los demás territorios, el funcionamiento de esas estructuras puede valorarse de adecuado; sin embargo, en los del centro histórico de la ciudad de Cienfuegos, con buen número de tiendas, deben reforzar su quehacer, pues, además, concentran una buena cantidad de personas.
Justamente en la capital provincial reordenan ahora los grupos por cambios de representantes, de los Comités de Defensa de la Revolución y de la Federación de Mujeres Cubanas, para paliar la percepción popular –al menos constatada en el centro histórico–, de que, además del Minint, nadie más interviene en el asunto.
«No vemos quién apoye a los uniformados», opina el cienfueguero Javier Fernández, criterio con el cual coinciden otros entrevistados, y que dan la medida de que, en la práctica cotidiana, todavía al grupo, visto como un todo, le falta protagonismo.
Los grupos de enfrentamiento a revendedores, acaparadores y coleros están constituidos, en cada provincia del país, por trabajadores de las tiendas de Cimex, trd, Caracol, cuadros políticos y de organizaciones de masas e integrantes de las FAR y del Minint.
Esos colectivos se organizan con la misión de combatir las indisciplinas generadas en las afueras de esos establecimientos, y contra los actos de reventa o acaparamiento, entre otras conductas delictivas.
Los grupos de enfrentamiento a los coleros y acaparadores funcionan con el principio de lograr, en medio de la conocida escasez, acentuada por la pandemia y el bloqueo, que la actuación malsana de pequeños grupos no se propague ni siga afectando a la mayoría.
Pero no se puede limitar al accionar solitario de policías y oficiales. Precisan involucrarse todos, de manera que las reactivadas ventas en moneda nacional puedan llegar a más cantidad de personas y no queden en las mismas manos de siempre: las primeras en cada cola para obtener el producto y lucrar a su costa.