Una enfermera cubana ha estallado en las redes, tras tener una muy mala experiencia en el Hotel Grand Memories en Cayo Santa María, donde pagó por hospedarse con su esposo en Fin de Año. Giselle Muñoz Galluez contó que recibió una pésima atención en ese complejo turístico que es bastante caro para el bolsillo de los nacionales. Así mismo reveló que la habitación que le entregaron tarde, tenía un aire acondicionado que no operaba bien, un mini bar que no enfriaba, y ni siquiera estaba limpia. Una muestra de que ni siquiera pagando en dólares te libras de pasar un mal momento en Cuba, donde el dinero ha perdido completamente el valor que tenía.
Según se aprecia en un vídeo publicado por Muñoz Galluez, la gente se amontonó encima de la trabajadora que distribuía unos cuantos ramos de uvas a la fuerza. Todos discutían y se empujaban, evidenciándose una vez más el hambre y la necesidad que a diario se vive en Cuba.
«Véanlo hasta el final, pésimo 31 de diciembre en Hotel Grand Memories de Cayo Santa María,…no había comida, muy mala la atención y las personas dándose golpes por literalmente un par de uvas. LO ANTES NUNCA VISTO», indicó la usuaria.
Muñoz Galluez confiesa en su post que ella llegó al hotel el 31 de diciembre a las 11:00 am, le pusieron la manilla para consumir e ir a almorzar, y le dieron el número de la que sería su habitación, que estaría lista en la tarde.
Luego de tanta espera, a las 6:20 pm fue que el hotel le entregó la habitación a la huésped, al llegar y abrirla se sorprendieron al ver que la misma continuaba ocupada por otras personas.
A las 7:00 pm luego de que le dieran otra habitación pudieron instalarse, fue entonces que notaron graves problemas como la carencia de agua caliente en la ducha, televisor roto, aire acondicionado que no enfriaba, y las «colchas de taparse olían a nido de ratón», puntualizó Galluez.
La isleña denunció en su publicación, que los baños del hotel apestaban, que no contaban con papel sanitario, algunos estaban clausurados. Tampoco había suficiente personal, faltaba la comida.
«En fin me siento estafada, y está de más recordar que el dinero está muy duro de conseguir para botarlo así. No son cinco pesos, es mucho dinero…», sentenció.