A pesar de las limitaciones de recursos y la compleja situación sanitaria que caracterizan los últimos tiempos, el abasto, consumo y la calidad del agua en la provincia ha mantenido estabilidad, tanto en el sector estatal como en el residencial, salvo las afectaciones derivadas de la sequía y alguna rotura puntual.
Así trascendió en el último encuentro del Buró Provincial del Partido, donde se evaluó la implementación y cumplimiento de la política relacionada con los Recursos Hidráulicos en el territorio, sector en el cual se han materializado soluciones y resultados apegados al empleo de la ciencia y la técnica.
Deivy Pérez Martín, primera secretaria del PCC en la provincia, reconoció el desempeño de los trabajadores del ramo, quienes realizan sus faenas de manera incansable y en circunstancias difíciles para prestar un servicio vital a la población.
Sin embargo, puntualizó, aún se precisa un mejor control de los recursos, mayor disciplina en los procesos inversionistas, seguimiento más efectivo al derroche, con el correspondiente fortalecimiento de la labor de inspección para enfrentar indisciplinas relacionadas con el uso del agua.
En el período evaluado, en Sancti Spíritus se consumió algo más del 92 por ciento del líquido previsto, con un sobregiro en el sector residencial, que utilizó más de 1 525 000 metros cúbicos por encima de lo planificado, debido fundamentalmente a la permanencia de buena parte de la familia en casa por la actual situación epidemiológica, pero también porque persiste el derroche en no pocas viviendas.
Por su parte, el sector estatal utilizó menos agua de la prevista y la mayoría de los centros altos consumidores han logrado enmarcarse en sus cuotas, excepto la fábrica de cemento Siguaney y la papelera Pulpa Cuba —debido a incrementos en sus producciones—, y el Hospital Provincial, por el deterioro de sus tuberías.
En estos momentos los embalses de la provincia presentan una situación favorable para esta época del año al acumular algo menos del 70 por ciento de su volumen; en tanto cerca de 30 fuentes se encuentran afectadas por la sequía, lo cual ha obligado a bastecer a más de 16 000 habitantes de esas comunidades con agua en pipas.