Me temblaron las manos con cada letra, se me apretujó el alma cada día de espera, de incertidumbre, de evolución, pero el corazón de esta madre no cabe en su pecho, porque soy testigo de cuánta fuerza interior, de las noches de desvelo, de las interminables horas sin moverse para que el suero se mantenga en la vena de Denzel.