Cada generación tiene una forma distinta de ver y manifestar el arte, en lo que sí coinciden todas es en el rol social que desempeña. Precisamente por ello, y porque Cuba es una nación donde la cultura ha sido referente universal de los valores cultivados durante más de seis décadas, es que como parte del intento reiterado de golpe blando que pretenden efectuar sobre nuestro proyecto socialista, muchas de las acciones desestabilizadoras tienen como blanco las creaciones artísticas y sus protagonistas.
Al respecto, en el Informe Central al 8vo. Congreso del Partido, el General de Ejército Raúl Castro Ruz advirtió: «El componente subversivo de la política estadounidense hacia Cuba se enfoca en el resquebrajamiento de la unidad nacional. En ese sentido, se da prioridad a las acciones dirigidas a los jóvenes, mujeres, académicos, al sector artístico e intelectual, los periodistas, deportistas, personas de diversidad sexual y las religiones. Se manipulan asuntos de interés para grupos específicos vinculados a la protección de animales, el medioambiente, o manifestaciones artísticas y culturales, todo ello dirigido a desconocer las instituciones existentes».
Sin embargo, a pesar de esta guerra de sentidos para la que han preparado y financian desde Estados Unidos a artistas formados en nuestras escuelas, muchos son los creadores que no se dejan manipular y están seguros de que la marcha promovida para el 15 de noviembre próximo, no es otra cosa que una provocación contrarrevolucionaria, como se ha demostrado.
Entre las voces que condenan los actuales intentos de mancillar a nuestro pueblo, su historia y la Revolución, está la del dramaturgo, investigador y director teatral, Premio Nacional de Teatro 2013, Gerardo Fulleda León.
El destacado teatrista dijo a Granma: «En el actual contexto social y político en que vive nuestro país, condicionado por las asfixiantes presiones de una poderosa nación que ha sostenido un criminal bloqueo por más de 60 años e intenta infructuosamente hacernos desistir de nuestros empeños y esfuerzos por sostener el desarrollo social alcanzado desde el 59, sin dudas el papel del arte y de la enseñanza artística es fundamental en la formación del pueblo.
«Cuba cuenta con importantes canteras, insistió el también presidente de la Sección de Dramaturgia de la Uneac, como la Escuela Nacional de Arte, la Universidad de las Artes y las Escuelas de Instructores de Arte, donde han surgido cientos de artistas de diversas ramas, que con sus creaciones han enriquecido nuestro acervo cultural y ha satisfecho el creciente interés de los públicos, a la par que los educan y mantienen vivas las raíces cubanas».
En el caso particular de las artes escénicas que, a través de funciones teatrales, televisivas y cinematográficas, aportan significativamente al enriquecimiento de nuestro bagaje cultural y humano, «tienen un valor innegable en la defensa de la cubanía y de los valores más arraigados de la sociedad, no exenta de imperfecciones y carencias, y necesitada de una crítica necesaria y útil en la construcción diaria de la nación», afirmó.
Kenneth Fowler, quien se unió recientemente a la Asociación Hermanos Saíz (ahs) en la sección de Crítica e investigación, manifestó a este diario que, como se sabe, «la pretendida marcha del 15 de noviembre tiene un carácter ilícito, en primer lugar porque es una acción manipuladora que está buscando tomar elementos del sentir popular y transmutarlos en actitudes, imaginarios y posicionamientos antigubernamentales,
desconociendo así todas las instancias democráticas que existen para ejercer el derecho a la crítica, al disenso y para construir un país mejor. En segundo lugar, se esconde en frases aparentemente inofensivas y en posturas políticas engañosas.
«Eso no quiere decir que en nuestra sociedad no exista una necesidad de profundización en determinadasiiproblemáticas. Cuba requiere hoy de mayores espacios para socializar y atender las insuficiencias que solo pueden encontrar su resolución real y emancipadora dentro del proyecto socialista, y por eso apostamos los miembros de la ahs, que es una organización que se ha caracterizado por acoger el ejercicio de la crítica y del pensamiento en pos de la cultura, que finalmente redunda en pos del socialismo, un proyecto que comenzó con la Revolución y que tiene que atemperarse, para lo cual trabajamos».
Acerca del rol de la organización de vanguardia, Kenneth Fowler subrayó que esta «funciona como un vehículo más para el diálogo constante entre todos los elementos de la sociedad. De ahí que los creadores apuestan por preparar culturalmente al pueblo para que pueda discernir entre las posturas que se esgrimen en la guerra no convencional que tenemos hoy, donde la hegemonía del capitalismo intenta imponerse sobre Cuba».
Al respecto, el dramaturgo Raúl Miguel Bonachea, especialista nacional de la sección de Artes Escénicas de la ahs, valoró que «el papel de los jóvenes creadores y de esa organización es de suma importancia, pues en su interior tiene una diversidad polisémica en cuanto a criterios y maneras de pensar el arte, la creación y la Cuba que estamos viviendo, la que soñamos, la que queremos construir.
«Ese constante pensar el país es parte de lo que hacemos. No hay una Cuba estática, sino que se mueve con los tiempos.
Nosotros marchamos siempre con la Patria y por ella, con los principios de la libertad creativa que tenemos como artistas y como cubanos. Nuestras marchas han de ser con esos valores, no sobre ellos».
Algunas voces formadas en la Isla «han estado en diferentes escenarios, vaciando de contenido esos principios que sabemos bien no pueden ser deshonrados; por eso la organización tiene que seguir siendo un espacio mediador entre la institucionalidad y los jóvenes creadores y sembrar vínculos creativos.
«Defender la cultura es estar del lado de la Revolución», expresó uno de los dramaturgos más importantes del panorama cubano actual, Eugenio Hernández Espinosa, premio nacional de Teatro (2005) y de Literatura (2020), quien aseguró a Granma estar en contra de que se reniegue del sistema socialista y del proyecto revolucionario del que todos formamos parte. «Hay que dejar de repartir culpas y no esperar que nadie venga a salvarnos. Mejorar es una tarea que nos toca a nosotros mismos como pueblo, y en esa labor los artistas debemos estar siempre con la Patria», expresó.
El dramaturgo enfatizó en que es necesario unir fuerzas y dar pasos firmes para lograr un avance en la edificación de una sociedad más justa, crítica y próspera, donde el arte y los artistas sigan siendo puntales del desarrollo.
Sobre la juventud, Hernández Espinosa explicó que «si bien no es la mayoría, algunos jóvenes hoy se encasillan en asumir un rol protagónico, en pretender resaltar y en imponer a la fuerza criterios y preceptos que distan de la ética y los valores defendidos por más de seis décadas de Revolución. El arte está en nuestras manos, se ha de utilizar para el bien común y la comprensión profunda de quiénes somos y la conciencia plena de lo que significa ser cubano».