El próximo 15 de noviembre reabrirán las escuelas en todos los niveles de enseñanza en Cuba, tras la culminación -prevista para esa fecha- de un proceso de vacunación que ha abarcado a la totalidad de los niños, niñas y adolescentes a partir de dos años. Este tiempo, sin embargo, ha estado marcado por el aprendizaje en casa, un desafío abordado por varias agencias de la ONU, desde la perspectiva de una educación para la resiliencia.
Ian Lucas y Lucas son niños cuarentenials, como ya algunos especialistas acuñan; nacieron en medio de la COVID-19. Han pasado sus primeros meses de vida en un mundo de mascarillas y distanciamiento físico, de video llamadas en familia, abrazos a distancia, canciones infantiles de la abuela por teléfono y besos pegados en pantallas de celular. Han aprendido los primeros colores del mundo entre cuatro paredes, que solo se alternan con la visita a la consulta de pediatría.
Alejandro tiene dos años, y ya sabe lo que es la COVID-19. Junto con su mamá estuvo ingresado una semana el pasado julio en un hospital pediátrico del oriente del país. Esta pandemia ya le ha quitado a sus bisabuelos y otros parientes cercanos. Él quizás no comprende todo, pero lo siente.
Ian Lukas, Lucas y Alejandro no se conocen entre sí. Les unen, hasta ahora pocas cosas: viven con sus familias en Baracoa, una localidad intrincada de la oriental provincia de Guantánamo, de esos lugares que no son tránsito de nada, a los que para llegar hay que pasar por un inmenso viaducto que por varios kilómetros zigzaguea entre las montañas, sin otro paisaje que profundos abismos.
Pero a Ian Lukas, Lucas y Alejandro les une algo más, que estiman verdaderamente importante: su seño Rosario, una promotora del programa social de atención educativa Educa a tu Hijo, que camina varios kilómetros con su mascarilla para llevarle a las familias folletos, materiales y juegos didácticos a fin de que los niños y niñas aprendan en casa.
Rosario del Pilar Brioso Pérez, tiene “sus niños”: 392 menores que viven en el Consejo Popular Asunción en Baracoa, hacia donde llega esta iniciativa comunitaria del Ministerio de Educación en Cuba, que apoya a familias y niños que no pueden acceder a instituciones educativas estatales de la primera infancia, por la limitada cobertura.
Con la COVID-19, Rosario tuvo que poner en marcha alternativas, como hicieron las más de 2000 promotoras del Educa a tu hijo en todo el país. Ahora comparte mensajes y materiales auxiliándose del grupo de Whatsapp, donde más de 200 promotoras del programa reciben capacitaciones semanales con la coordinación del Ministerio de Educación (MINED) y el apoyo del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia en Cuba.
A través del espacio se han realizado talleres sobre lactancia materna, alimentación complementaria, paternidad responsable, crianza respetuosa, educación inclusiva, uso responsable de las tecnologías en la primera infancia y prevención de la COVID-19 en edades pediátricas.
Se integró además la promoción de una educación para la atención socioemocional ante el escenario pandémico, en función de diagnosticar y accionar sobre posibles secuelas en el aprendizaje y rendimiento escolar de niñas y niños.
Para ello, el Ministerio de Educación, con el apoyo de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación y la Cultura (UNESCO), produjo cuatro folletos con sugerencias de actividades docentes y lúdicas destinadas a todos los niveles educativos. Esta colección se sumó a más 30 recursos y materiales educativos elaborados por entidades del Sistema de Naciones Unidas en Cuba como las propias UNICEF y UNESCO, más la Organización Panamericana de la Salud en Cuba y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), de conjunto con instituciones educativas.
Por un regreso seguro a las escuelas
Cuba inició este 3 de septiembre la vacunación masiva en edades pediátricas, comenzando por años superiores, un proceso que debe concluir para el próximo 15 de noviembre con los niños y niñas de la primera infancia.
Según ha informado el Ministerio de Educación, ello permitirá, luego de 19 meses de intermitencias de aulas abiertas y cerradas, ir incorporando paulatinamente a la actividad presencial a las escuelas hasta tener, en el mismo noviembre, todos los centros educativos abiertos.
Bárbara Zas, presidenta de la sección de orientación de la Sociedad Cubana de Psicología, alerta la complejidad de los escenarios en un contexto de reapertura, identificados en talleres con adolescentes, profesores y profesoras de la enseñanza media. “Las circunstancias van a ser similares o más complejas, por todas las experiencias dolorosas que hemos tenido en esta tercera ola de la enfermedad”.
A partir de los resultados del estudio, profesionales de la Psicología, junto a especialistas del Ministerio de Educación (MINED) y del Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA), generaron mensajes educativos que refuerzan actitudes responsables y valores como la solidaridad y la convivencia respetuosa, así como herramientas de apoyo socioemocional como forma de cuidarse y cuidar a las demás personas.
Los especialistas consideran clave estas acciones para fortalecer una “subjetividad pos pandemia”, que permitirá a maestras como Rosario reencontrar a sus niños Lucas, Ian Lucas y Alejandro y volver a narrar juntos, medidas de higiene mediante, aquellos cuentos infantiles que llenaban de colores el mundo.