Hace mucho tiempo escuché por primera vez el término Trust Investing. Entonces una amiga me propuso integrarme a “la empresa” para gestionar de manera “fácil y segura” un crecimiento exponencial de mi peculio personal. Tan fácil resultaba aquella estrategia de “crecimiento económico”, y tan jugosa, que no me motivó a emprender, y no por tonto, que conste, sino por aquello de que: mangos maduros a la orilla del camino…