Hay que acompañar y enamorar, porque la danza -como una vez lo hizo en Cuba- está para salvar, para proponer, para sembrar. Todo bailarín cubano, toda danza cubana, debe saber que forma parte de una cultura de resistencia que ha sabido interactuar y aprovechar lo mejor de otras foráneas y convertirla en propia sin plegarse a ninguna.
En la candonga, tras un par de gafas oscuras
A la candonga te vas en coche, que es lo más económico. El dinero que tienes hay que maximizarlo, comprar más con menos, analizar distintas