El deber de cada pueblo a la solidaridad con todos los pueblos oprimidos, colonizados, explotados o agredidos, sea cual fuere el lugar del mundo en que estos se encuentren y la distancia geográfica que los separe. ¡Todos los pueblos del mundo son hermanos! Este es el programa y la esencia del pensamiento de nuestra Revolución socialista, que hoy repito en este día de triunfo, y de éxito y de esperanza para la clase obrera de nuestro país.