La reverencia del encuentro reconocerá el legado de los maestros Guido López Gavilán y Calixto Álvarez, junto al perenne tributo a su creador, director del Orfeón Santiago y Premio Nacional de Música, Electo Silva, quien al fallecer en 2017 dejó una fecunda trayectoria en pos del canto coral.
El Madrigalista, el más antiguo de esos colectivos activos en Cuba con casi 70 años, la Camerata Vocal Música Áurea y el propio Orfeón, que son los tres principales en esta urbe, encabezarán la programación que incluirá también espacios teóricos.
Iré a Santiago, la pieza coral inmortalizada por Silva a partir de la musicalización del maestro Roberto Valera del poema del español Federico García Lorca, es cantada actualmente por los coros cubanos y otros de las más impensadas latitudes en el mundo.
Convertida casi en un himno, la obra fue dedicada al sabio cubano Fernando Ortiz y escrita por el bardo andaluz a su regreso de la ciudad estadounidense de Nueva York, que le fue hostil, por lo cual el retorno al mundo de lo hispánico lo hizo sentir como en su casa.
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