Gil Fernández subrayó que una de las prioridades fundamentales, en medio del complejo escenario, es el enfrentamiento a la inflación, el tema más polémico y que acapara las mayores quejas de la población debido al crecimiento de los precios.
El ministro aseveró que “la recuperación de la economía va en la dirección de contener la inflación”, pues existirá más espacio para aplicar determinadas decisiones que permitan “enfrentar más resueltamente” este fenómeno. “Es muy difícil trabajar los temas inflacionarios solo con medidas de corte financiero, pues son necesarias las medidas en la esfera productiva, con el incremento de la oferta, lo que marca la escasez”.
“Si no hay un nivel de oferta es muy difícil establecer controles efectivos con medidas administrativas”, reconoció y llamó a la responsabilidad social y a la ética de todos los actores económicos que deben ayudar al país a enfrentar esta situación.
“Es verdad que, si pudiéramos vender dólares en bancos y Cadecas, era una manera de combatir el ‘mercado negro’, pero en este minuto no podemos hacerlo, por la escasez de divisas que tiene el país y las prioridades definidas, porque el dinero que disponemos lo tenemos que utilizar para importar arroz, frijoles, los medicamentos del cuadro básico, combustibles, para darle sostenibilidad al sistema electroenergético”.
Entre las medidas tomadas para enfrentar la inflación, el titular citó la eliminación de los aranceles a la importación de alimentos y medicamentos, la aprobación de las ventas de garaje y de las casas comisionistas, y las decisiones implementadas en el sector agropecuario. Además, se han quitado todas las restricciones para la venta de inventarios ociosos por las entidades.
Un tema pendiente es el exceso de liquidez en determinados sectores. El ministro planteó la necesidad de que ese dinero se reutilice en otras prioridades de la economía, y una medida que puede ser efectiva es la participación de las personas naturales en el mercado de deuda pública.
De acuerdo con el titular del MEP, otra cuestión en la que se enfoca el Gobierno es en la sostenibilidad del sistema electroenergético nacional, que no solo está afectando la vida diaria del pueblo sino de la economía. “Hemos tenido que paralizar un grupo de actividades económicas de gran impacto para minimizar los efectos negativos en la población”.
Se trata de una actividad muy costosa, comentó y especificó que para poder respaldar la generación se destinan entre 60 000 y 66 000 toneladas de diésel mensuales, con precios que suben constantemente.
También es prioridad del Gobierno, amplió Gil Fernández, la atención a barrios y personas vulnerables. “Esto es una economía socialista, no un sálvese quien pueda, no se puede dejar a nadie atrás”.
El ministro recordó que el próximo año Cuba entra en la segunda etapa (2022-2026) del plan de desarrollo económico y social, “con una economía más dinámica e inclusiva”.