Una de las más de 300 balas lanzadas sobre Cárdenas, el 11 de mayo de 1898, permanece hasta nuestros días incrustada en la fachada de la hoy Empresa Eléctrica Municipal, con el propósito de recordar el primer bombardeo naval yanqui sobre una urbe cubana. De esa cantidad, solo se preservan 16 en la ciudad, 15 yacen resguardadas bajo vitrina.