Muchos le consideran uno de los más geniales monarcas de la historia del llamado Juego Ciencia. El 21 de abril Lasker envió una carta informando al árbitro su abandono y por consiguiente la coronación de Capablanca como tercer campeón mundial de la historia. De esa manera se concretó un hecho hasta hoy inédito, pues ningún otro latinoamericano ha conseguido semejante distinción.