Fotos: Perfiles de Facebook de Rubiel De La Cruz Rabí y Adrián Hernández Hernández
Tomar café se ha convertido en un lujo que pocos bolsillos han podido mantener ante la especulativa carrera de precios que generó la ausencia de este producto en la canasta familiar normada.
Muchos se preguntan por qué si Cuba ha sido gran productora y exportadora del grano, y Holguín la tercera provincia del país (después de Guantánamo y Santiago de Cuba) con mayor producción, en los últimos meses se ha hecho difícil acceder a la aromática bebida.
Y es que, la baja productividad que ha experimentado el café es la primera causa de su prolongada ausencia, situación que nunca antes había perdurado tanto, aunque en otros momentos existió inestabilidad en el surtido a las unidades comerciales. Pero, ¿Qué ha provocado esa disminución? ¿Por qué se ha acentuado más en el último año? Para conocer las causas ¡ahora! indagó con especialistas y productores.
A juzgar por las estadísticas del último quinquenio en Holguín, de 2018 hasta la fecha, el más bajo resultado productivo se registró precisamente en 2022, pues de un plan de mil 500 toneladas se acopiaron 870.
Mujeres de la comunidad Los Yuyos, en el municipio de Sagua de Tánamo, acopian el grano en cafetal perteneciente a la Granja Urbana.
Al respecto, Marcos Antonio Reyes Noris, especialista de Agrotecnia de los cultivos de la Delegación provincial de la Agricultura, explicó: “La depresión productiva tuvo varias causas, una de ellas relacionada con la intensa sequía, lo que redujo la calidad del grano. Se suma además, la falta de fertilizantes desde hace cuatro años, una agravante en el rendimiento de los cafetales, cuyas plantaciones son permanentes, o sea no se rotan como otros cultivos, y al no nutrirse adecuadamente los suelos se debilitan”, significó.
Por otro lado, el éxodo en la fuerza de trabajo, más acentuado en los últimos años, constituye una debilidad para enfrentar las cosechas, situación que trae consigo el empleo de fuerzas poco preparadas para brindar una adecuada atención cultural a las plantaciones, otra de las causas identificadas.
De tránsito por el lomerío cafetalero de la comunidad de Calunga, Consejo Popular de Arroyo Seco, en el municipio de Mayarí, ¡ahora! intercambió con algunos productores, quienes corroboraron los argumentos antes expuestos y añadieron otras dificultades en el proceso productivo.
Ernesto Sablón Ávila, presidente de la CPA “21 de Septiembre”, una de las de avanzada de la zona y beneficiada por el proyecto Prodecafé, explica: “No es menos cierto que la fuerza de trabajo es una de las cuestiones más preocupantes. Estamos pagando a 70 pesos la recogida de la lata de café y en días de lluvia hasta 100 pesos. El Estado nos compra a 311 pesos la lata de café arábico de primera calidad y la de robusta a 270 pesos, pagos poco alentadores si se tiene en cuenta el resto de los gastos en los que incurrimos por concepto de insumos. El productor no tiene muchos beneficios.
Jóvenes del preuniversitario Hermanos Martínez Tamayo y del politécnico Amado Estévez Bou recogieron café, a finales de septiembre, en los campamentos La Presa y La Ovejera, ubicados en Pinares de Mayarí.
“No obstante, somos de las cooperativas en la zona que más entregamos café de primera calidad, (alrededor del 90 por ciento). Comenzamos la cosecha en este mes de octubre. Aquí, según como esté la maduración en las plantas recogemos de 50 a 70 latas diarias”, indicó.
En tanto, el joven de 24 años de edad Ernesto Sablón Alcántara, vicepresidente de la CPA mencionada, refiere la falta de productos químicos como la urea, el carbaril