Es preciso continuar eliminando trabas y ataduras, muchas de ellas subjetivas, y que dependen de nosotros mismos; incentivar y motivar a las fuerzas productivas; alcanzar una mayor complementariedad entre los diferentes actores económicos, en función de aprovechar al máximo nuestras potencialidades internas, y trabajar –unidos– en la construcción de una sociedad cada vez más justa, inclusiva y próspera.