Después de entrar a su mundo, tu realidad nunca será la misma. Su pintura está más cercana a lo psicológico que a lo narrativo. Confiesa Camejo, modestamente, que él no cuenta nada, “pero sí hay una atmósfera, un pensamiento, un sentimiento…”. En todo caso, bendita manera la suya entonces de no contar nada y —a la vez— decirlo todo, como en un abrazo.