LA HABANA, Cuba.- Quienes la observan por casualidad no entienden su obstinado ir y venir sobre las deterioradas pistas del patinódromo, en el Parque Forestal de La Habana. En su rutina de entrenamiento, más que patinar, Ariadna Cantillo Tundidor parece un halcón que vuela sobre ruedas. Pocos lo saben, pero sus veloces patines han escrito páginas inéditas para el deporte cubano.
Lo de la giraldilla es admirable. En especial, porque la disciplina que practica no goza de popularidad en la Isla y, aun cuando los resultados tocan a la puerta, el ente deportivo nacional no apuesta por su desarrollo. Con todo y eso, Ariadna, que es la estampa de la superación, puede presumir de codearse con los monstruos del patinaje mundial.
A nivel nacional, sus potentes y sincronizadas zancadas están adaptadas a destrozar récords, una y otra vez, mientras cuenta por ramilletes los títulos domésticos. Sin embargo, lo que glorifica a la velocista de 25 años como mejor patinador cubano de todos los tiempos, sin distinción de sexos, son los resultados internacionales que ha logrado.
Fuera de casa atesora un séptimo lugar mundial (mejor ubicación histórica para un cubano), la sexta plaza en la I Válida Nacional de Interclubes de Colombia (potencia del patinaje), un bronce panamericano de la especialidad (desplazando al cuarto lugar a una campeona mundial) y la histórica medalla plateada que pescó en los XXIV Juegos Centroamericanos de San Salvador, entre otras cosechas menos rimbombantes.
Sus resultados son lo mejor que pueden enmarcar las vitrinas de la Mayor de las Antillas. En noviembre venidero, los días 4 y 5, tendrá un nuevo chance de agrandar su historia en los Juegos Panamericanos de Santiago de Chile 2023, cuando se deslice por el patinódromo del Estadio Nacional para disputar las pruebas de 200 metros contra meta y 500 metros más distancia.
Será la única velocista criolla en la cita. Sobre su preparación para la competencia, pronósticos y otras interioridades de su carrera y el patinaje cubano, antes de partir al país andino habló en entrevista para CubaNet.
—Se te ve rápida, cuéntanos cómo marcha tu preparación de cara a Santiago de Chile
Marcha todo lo bien que puede marchar. Es una preparación exclusivamente nacional, sin competencias internacionales próximas a los juegos ni preparación fuera de aquí (Cuba). Entonces, estamos haciendo todo lo posible teniendo en cuenta las condiciones. No tenemos pista de medidas oficiales y todo eso nos afecta porque estas son 25 metros más chiquitas, por tanto los ángulos de las curvas son diferentes a lo que vamos a encontrar allá.
—¿Cuántas pistas existen en Cuba? ¿Cuál es su estado?
—En Cuba existen tres pistas y dos tienen las medidas oficiales. Una está en Cienfuegos, pero no se puede patinar en ella porque está inhabilitada por las malas condiciones que tiene, y otra en Sancti Spíritus que esa sí está en condiciones de entrenar. La del equipo nacional es esta de aquí (el patinódromo del Parque Forestal Metropolitano) y tiene 175 metros, no es oficial.
—¿Hay posibilidades de ir a entrenar a Santis Spíritus, y aclimatarse a las medidas reales antes de partir hacia a los juegos?
—Imagínate, eso no está en mis manos, pero no creo. Ya estamos próximos a los juegos, así que no, si hasta ahora no lo han hecho, no creo que nos lleven a Sancti Spíritus a entrenar. Eso sería bueno.
—¿Alguna base de entrenamiento en el extranjero, para potenciar lo trabajado acá?
Como te comentaba, los Juegos Panamericanos empiezan dentro de muy poco tiempo. Hasta ahora la preparación se ha hecho todo el año aquí y, por lo que sé, se va a terminar aquí. Había una gira planificada, pero se cayó por motivos ajenos a mi voluntad y conocimiento, cuestión de gestiones creo. Parece que no se concluyeron, por la parte de acá.
—¿Qué apoyo recibes del INDER (Instituto Nacional de Deportes Educación Física y Recreación)?
—De eso yo no hablo, todo