El Clásico fue blanco por segunda vez este año y pone la Liga hermosa, hermosísima para bien de los aficionados. Y quienes debimos escuchar el partidazo a través de la onda de transistores y sufrimos incluso (¡ah, caramba!) que el narrador gritara la última jugada del partido como un gol que nunca existió, tendremos que pensar en controlar las presiones arteriales por el bien de nuestra salud. Todo por el fútbol…