El fin del bloqueo, nos guste o no, se decide en el Congreso y la Casa Blanca. Todas las formas de denuncia ayudan, pero hay que ganar la batalla en EE.UU. La ultraderecha de Miami sabe jugar el juego político en Estados Unidos y tiene enormes recursos. Quienes nos oponemos, tenemos que hacerlo mejor y más dignamente que ellos, buscar el apoyo de todos en el pueblo estadounidense.