Desde hace más de un mes, Rénalde Dubus visita todos los días a su marido, que se encuentra en cuidados intensivos en el hospital de Amiens. Todas las tardes, enciende la radio, se inclina sobre la cama y le habla mientras le acaricia el pelo. Llevan 35 años casados, ella se aferra a la idea de que su esposo, que enfermó de COVID-19, ya está despertando.