La venta de terrenos fue lenta en El Vedado, una zona que comenzó a urbanizarse a partir de 1858. Hacia 1870 existían solo unas veinte viviendas, casi todas en las calles Línea y Calzada. Se dice que los primeros vecinos de la localidad fueron el Conde de Pozos Dulces y su familia, propietarios por otra parte de la finca El Vedado.