El papa Francisco ordenó este miércoles un recorte del 10% al salario de los cardenales y una rebaja de los sueldos de otros clérigos en el Vaticano para mitigar la caída en los ingresos por los efectos de la pandemia de la COVID-19 y evitar despidos de trabajadores. El sumo pontífice emitió un decreto motu propio que introduce recortes a partir del próximo primero de abril.