Ni Miguel Mario, ni Díaz-Canel Bermúdez. Ni siquiera Ingeniero o Máster en Ciencias. Con el apelativo doctoral que parece gerundio, le llamaron todo el tiempo los profesores atentos a su presentación, unos desde la ciudad de Santa Clara, donde radica la Universidad Central de las Villas, que auspició la candidatura, y otros desde la capital cubana, sede del gobierno central.