Un pistolero provocó un tiroteo en un centro comercial de Boulder, Colorado y, como resultado, 10 personas murieron, entre ellos un oficial de la policía. El sospechoso fue herido y se encuentra bajo custodia. Este hecho ocurre una semana después de los ochos difuntos en la matanza de los spas de Atlanta y demuestra que EE.UU. no es capaz de afrontar la pandemia de la violencia armada.