Poner el hombro para Soberana 02 ha sido también una vuelta a esa historia de hombres y mujeres emancipados, valientes, entregados a su nación de todas las maneras posibles. Hubo quien puso el pecho, hubo quien puso literalmente la vida, y por ellos estamos aquí: haciendo vacunas en medio de un mundo cada vez más desigual, más egoísta. Y gracias a aquellos ejemplos de desprendimientos personales cientos de cubanos, con los ojos cerrados, se están apuntando como voluntarios y se están convirtiendo en letras y números por el bien de otros.