Los 70 años los cumplió a una altura de 270 metros sobre el nivel del mar, en una larga fila, a la espera para ver y tocar a la Virgen de Montserrat, en el Monasterio homónimo, en Barcelona, tal vez para encontrar las semejanzas del icónico sitio con el existente en la ciudad de Matanzas, o tan solo para “darse un gusto” por llegar a las siete décadas de vida.
Miriam Ramos Rodríguez, que ahora atesora siete años más en su calendario, es de las mujeres que no se rinden, para ella fundar es palabra permanente en el vocabulario y brindar solidaridad también lo es, por eso todavía permanece activa en su arte de diseñadora textil, sin olvidar sus inicios en el magisterio.
Rodeada de una amplia vegetación vive la artista en la barriada citadina de la Playa, en la ciudad de ríos y puentes, y aunque desde hace más de año y medio casi no sale de casa debido a la pandemia global, permanece actualizada del mundo del tejido, y el tiempo lo emplea en crear “para después”.
Miriam fue de las primeras mujeres en la Isla incorporadas a la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), a las Milicias Nacionales Revolucionarias, a los Comités de Defensa de la Revolución, y más de una medalla guarda con celo entre sus objetos preciados por prestar servicios distinguidos a la Patria.
“Soy maestra, licenciada en educación primaria, y también abogada, licenciada en derecho, siempre hay que estudiar para comprender los fenómenos de la vida, nací en el Central Camilo Cienfuegos, antiguo Hersey, y a los 18 años de edad me mudé para Matanzas, por lo tanto soy matancera y nadie me lo va a discutir.
La obra de la #salud pública en nuestro país no hubiese sido posible sin la dedicación, profesionalidad, ternura y compromiso de la #MujerCubana.
En el #Aniversario61FMC reciban nuestra cálida felicitación y nuestro agradecimiento.
¡Felicidades federadas! #CubaPorLaVida pic.twitter.com/HteSfNex7A— José Angel Portal Miranda (@japortalmiranda) August 23, 2021
“Cuando mi esposo falleció me hice el firme propósito de mantener a la familia unida, de que todo funcionara igual, emprendí el camino de la artesanía, el tejido y el diseño textil, mucho tuve que estudiar; muchas personas me ayudaron, y gracias a la voluntad de seguir, tengo una obra”.
Con el pelo cano y sin arrugas aparentes, Miriam no aparenta los años vividos aunque no los oculta, conversa con fluidez y disfruta cuando habla de los hijos, de los nietos, de los viajes a Ferias de Artesanía, exposiciones, expo ventas, paseos, y se apasiona cuando evoca a la Revolución Cubana.
“La Revolución en Cuba puso a la mujer en el lugar que le corresponde, y luego la FMC nos agrupó, nos dio tareas, el resto ya se sabe, falta por hacer y mucho; pero estamos en todas partes y nos defendemos muy bien”.
Muchas de las artesanas que hoy en la provincia de Matanzas exhiben obras hermosas y comercializan en puntos de venta del Fondo Cubano de Bienes Culturales (FCBC) le deben a Miriam sus enseñanzas; sus pasarelas y colecciones expuestas en Varadero, marcaron pautas en ese arte desde la década de los años 90.
Redes diversas de mujeres cubanas o no, van tejiendo en este día una historia que nos trajo hasta aquí. #MuchachasEnRevolucion, #Aniversario61FMC, #MujerCubana, #AlaFMCPonleCorazon, #FMC, #RevistaMuchacha@TeresaBoue @OsmaydaFMC @DiazCanelB https://t.co/7N3GLmPn5E
— FMC de Cuba (@FMC_Cuba) August 23, 2021
Hoy como artista independiente del FCBC comercializa múltiples piezas en un punto de venta del hotel Sirena, en Varadero, espera una vez que la pandemia sea historia para contar, volver al trabajo y a enseñar, como buena profesora de artes manuales, a todo el que llegue en busca de conocimientos sobre la magia del hilo, la aguja, tijeras, alforzas y vuelos.
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Insiste en que hay que contar la historia de este país todos los días, para que no se olvide de dónde vienen estas raíces rebeldes, anhela volver al mausoleo del Segundo Frente Oriental, donde reposan las cenizas de su esposo.
Después de viajar varias veces por África, España, Canadá, México y Estados Unidos, prefiere a Cuba, y al que le diga la más mínima ofensa en las redes sociales, solo le recuerda que desde que se hizo la Revolución, en aquel enero, todo ciudadano de este país amanece con un pan.
Ante la pregunta de cuándo va a llegar tal vez el retiro. Responde con una sonrisa amplia y revolucionaria: “He vivido mucho, y he trabajado bastante ¡Y lo que me falta!”