Un trozo de tela, no más. Un cúmulo de hilos cosido a una banderita cubana que debió ser de seda y ahora está despintada y deshecha, de manera que casi no se le ven las franjas ni la estrella.Es un “fragmento de la camiseta azul que traía puesta el mayor general Antonio Maceo…”, dice el documento con su letra corrida pero metódica, y su sello lacrado de notario; esto debe probar la veracidad de la reliquia. Pero, aun así, la tela no luce azul, sino roja.