Los residentes del estado de la Florida tuvimos la gran suerte de que en una reñida votación resultó electo Ron DeSantis como gobernador. Su oponente en las elecciones del 2018, el demócrata Andrew Gillum, se ha visto involucrado en serios y bochornosos escándalos. ¡Qué horror habría sido tener a Gillum de gobernador! Lo cual demuestra una vez más que el voto es un derecho que implica una seria preparación y responsabilidad ciudadana.
Ron DeSantis ha gobernado el estado con acierto y popularidad, sobre todo dentro del partido republicano. Su gran capital político lo ha colocado como favorito para la candidatura presidencial republicana del 2024, solo por detrás del ex mandatario Donald Trump.
Es una pena que el gobernador DeSantis esté corriendo el riesgo de “tirar por la borda” su inmenso capital político al involucrarse con tanta intensidad en asuntos médicos y epidemiológicos precisos y puntuales, que no son ni deben ser inherentes al partidismo. Muy acertadas han sido sus visitas educativas a varias ciudades del estado y sus decisiones en lo tocante a la campaña de vacunación contra la COVID-19. Recientemente, con el aumento vertiginoso de casos en Florida, el gobernador DeSantis ha promovido y ordenado la apertura, en diferentes ciudades del estado, de varios sitios donde los pacientes de alto riesgo o con síntomas moderados de coronavirus pueden recibir gratuitamente los novedosos anticuerpos monoclonales de gran eficiencia para reducir los ingresos hospitalarios y evitar el progreso de la enfermedad a estadíos de gravedad.
Plausibles son, asimismo, sus esfuerzos para mantener a flote e impulsar la economía del estado durante la pandemia. Es asunto político y competencia de un gobernador bien asesorado velar por el bienestar de la ciudadanía y de sus electores del modo teórico y práctico más universal. La pandemia de la COVID-19 es algo novedoso y cambiante que ha hecho variar opiniones de científicos y profesionales altamente calificados, tanto en el manejo clínico de la enfermedad como en la interpretación y las recomendaciones epidemiológicas.