La Habana es una ciudad llena de colores, sombras, luces, grises y todo aquello que cautiva y enamora, transmite un misterio y una adicción a su olor, su gente, su mar y ese malecón que atesora tantas historias. A la capital de Cuba hay que verla con todas las tonalidades, hay que entenderla y tributarle todo el respeto y admiración de sus más agradecidos hijos.