La periodista Miozotis Fabelo Pinares en pleno quehacer. Foto: Leandro Pérez Pérez.
Desde que era una muchachita recién salida de las aulas de la Universidad de Oriente, Miozotis Fabelo Pinares ha consagrado su juventud y lo mejor de su vida a pensar cómo hacer un mejor periodismo, y a construirlo enalteciendo a quienes edifican una buena obra humana y criticando a los que optan por lo contrario.
Acaban de otorgarle el Premio Nacional de Radio 2021, síntesis de un amplio aval profesional fuera de serie, donde conjuga un periodismo depurado y un quehacer artístico que explota con maestría la dramaturgia, la música y los efectos de sonidos.
Como ha comentado Pedro Paneque Ruiz, veterano en el medio radial, Miozotis “sabe utilizar hasta el silencio” en la composición periodística, sumergida día a día en los espacios informativos de Radio Rebelde, de la cual es corresponsal en Camagüey, y en Radio Cadena Agramonte (RCA), la otra emisora suya, donde nació la nominación a este reciente lauro.
Multipremiada en concursos nacionales y certámenes foráneos; única en Cuba y en la región centroamericana y del Caribe en obtener en dos ocasiones —1998 y 1999— el Premio a la Excelencia Periodística Henry Dunant, de la Cruz Roja Internacional como guionista y directora de los géneros documental y testimonio; consagrada dirigente sindical y de la Unión de Periodistas de Cuba, ha obtenido diversos lauros y reconocimientos de organizaciones sociales y la Central de Trabajadores de Cuba, el más reciente, la Orden Lázaro Peña de Primer Grado, así como el máximo galarón de la UPEC, Juan Gualberto Gómez, por la obra del año en dos ocasiones, y la distinción Ana Betancourt, de la Federación de Mujeres Cubanas.
Quien también ha cumplido misión internacionalista en Honduras y Venezuela con humildad confiesa que no trabaja con ese fin, sino el de llevar a los oyentes un producto que se acerque a la excelencia. Ejemplos de esa naturaleza se mantienen en la programación de la emisora nacional nacida en plena Sierra Maestra y de RCA, donde comenzó sus primeros pasos en 1982, experiencia práctica, combinada con la teoría, que ha transmitido a los estudiantes de Periodismo de la Universidad de Camagüey Ignacio Agramonte Loynaz, de cuyo claustro fue una de las primeras integrantes en 2006.
Esa visión periodística sabe aprovecharla en recrear historias, hechos trascendentales de la vida de El Mayor, de su amor con Amalia Simoni; de nuestro Poeta Nacional Nicolás Guillén; de José Martí; de Mella y su relación con Camagüey a través de su esposa Olivín y su hija Natacha; en la sección Tras las huellas de Fidel…
Quien tuvo la oportunidad de realizar recorridos con el Comandante en Jefe, lo define a pocas jornadas del 13 de agosto, día de su cumpleaños 95, “como un hombre extraordinario; no olvido que en uno de los congresos de la Unión de Periodistas de Cuba dijo considerarse como uno de nosotros, expresión que debe servirnos de mayor compromiso con la Revolución y para consagrarnos al trabajo con mayor lealtad”.
Al preguntarle la fórmula para que sus reportes se escuchen todos los días en Rebelde y colaborar con Cadena Agramonte, incluso en espacios tan complejos como Reportaje, con casi media hora de duración, fruto de exhaustivas indagaciones, su respuesta es sencilla: “Trabajando, estudiando, investigando, leyendo mucho para mantenernos actualizados, aprendiendo de los jóvenes y aprovechando las nuevas tecnologías. Hay poco tiempo para el descanso”.
Me anticipo a pensar que por su rico e integral aval, en cualquier momento -mas temprano que tarde- penda en su pecho el titulo de Heroina del Trabajo de la Republica de Cuba.