Quizás, a más de uno se le coló el miedo bajo la piel y pasó todo un día con un dígito “martillando” su cabeza, o quizás no. ¿Cómo sospechar que en aquella casa grande y blindada podría colarse el “bicho”? Pues sí, el virus SARS-CoV-2 traspasó el umbral del hogar de ancianos Carlos Font Pupo, de la ciudad de Las Tunas, y lo hizo de la manera más silenciosa.