El retorno se vuelve alegría y se mezcla con la tristeza de los días ausentes, pero queda para la posteridad haber sobrevivido a algo que cobra cada día miles y miles de vidas en el mundo. La COVID-19 sigue presente y ya le vi las dos caras, como médico y como paciente. Derrotarla es posible, pero es una batalla de todos. Sigámosla.