Alberto buscó durante más de una semana un regalo para su novio. Alguien le comentó de un negocio privado donde personalizaban velas artesanales y pensó que sería un bonito detalle. Contactó con los encargados y preguntó si podían hacerle una con sus nombres. Al principio, no hubo problemas. Sin embargo, todo cambió cuando notaron que su pareja era hombre.