Una persona común y corriente tiene al día 60.000 pensamientos, pero el 99% de esos pensamientos o ideas, en general son negativos. Por eso se necesita aprender a manejar o administrar la mente; es uno de los retos más importantes que debemos enfrentar para que la fuerza del pensamiento positivo, se imponga cuando ante cualquier circunstancia.
Alguien primero tuvo la idea feliz en su cabeza, como por ejemplo la televisión, y después convirtió esa idea en realidad. La fuerza de los pensamientos positivos, como este, crea valor real en nuestra vida y nos apoyan a fortalecer habilidades que duran toda la vida y nos hacen prosperar.
Los pensamientos positivos son útiles para alcanzar nuestros objetivos y metas, pero también mejorar nuestro bienestar espiritual y material. Pero para mantener esa manera de pensar a pesar de las dificultades es vital conquistar el hábito de cultivar pensamientos positivos.
UN COMIENZO
Observar nuestros pensamientos y analizar de qué es lo que estamos pensando en cada instante es una costumbre muy poco practicada. La mayoría de personas piensa que los pensamientos surgen de manera fortuita.
Para hacer un cambio favorable se debe tener en cuenta que, aunque todos los días no tienen que ser buenos, podemos conseguir algo bueno todos los días.
UN PASO MÁS ADELANTE
Existe la llamada ciencia del “pensamiento positivo”. Para algunos puede sonar cómo algo abstracto o inútil, que no entra en las cuentas de un mundo competitivo donde hay que ganar por encima del otro. Pero aprender a cuidar y observar nuestros pensamientos va más allá de una moda. Es toda una filosofía de vida.
No es la mente quien nos gobierna, sino nosotros somos quienes administramos esa mente. Entonces es fundamental la importancia de vivir en el momento presente, el ahora, y dejar a un lado los pensamientos atormentantes del pasado o del futuro. El cerebro, siempre va a buscar permanecer en la zona de confort, es decir repitiendo las ideas o pensamientos que tuviste el día anterior. Es una forma de ahorrar energía pues se gastan más generando nuevas ideas en el presente.
Nuestros pensamientos construyen nuestra realidad y hay investigaciones científicas que señalan que la fuerza del pensamiento positivo, genera mucho más bienestar en la salud emocional de los individuos.
EMPEZAR POCO A POCO
En investigaciones científicas se ha demostrado cómo es posible observar nuestros propios pensamientos y reconocer cómo estos inciden en nuestros estados de ánimo. Y así vemos como un pensamiento negativo, produce inmediatamente en el torrente sanguíneo una información y está información se apodera de nuestro estado emocional y se empieza a generar grandes cantidades de cortisol, hormona del estrés.
Los pensamientos negativos, producen emociones que producen una pérdida del equilibrio en nuestro bienestar y solo planifican el cerebro para desarrollar su papel fundamental que es la supervivencia; y eso hace que se genere una gran cantidad de cortisol, hormona del estrés que le impedirá a la persona ver nuevas posibilidades para reaccionar ante una situación estresante, y para que vuelva a estabilizarse se necesita entre 6 a 8 horas.
Por eso, es fundamental observar los propios pensamientos y convertirse en un moderador de la propia mente, de forma tal que los pensamientos negativos irracionales de duda, o temor, sean eliminados si darle albergue en nuestros pensamientos ni por un solo instante y solo albergar pensamientos positivos de satisfacción por lo alcanzado y por lo que aún está por venir gracias a nuestro propio esfuerzo.