A principios de esta semana el miembro del Buró Político del Partido y vicepresidente de la República Salvador Valdés Mesa chequeó en Pinar del Río, la marcha del programa de autoabastecimiento territorial, donde llamó a lograr una mayor sostenibilidad en las producciones agrícolas.
Sin duda, el principal reto que enfrenta hoy la agricultura cubana, pero para lograr eso se necesita transformar mecanismos establecidos, redimensionar el sistema empresarial de la agricultura, reducir los gastos fijos y quitar estructuras intermedias, decía Valdés Mesa.
En otras palabras, se necesita ser más eficiente y que esa estructura encargada de garantizar la logística y asegurar el proceso, no gane más que el que produce.
Si no se transforma la manera en la que se estimula y se paga el productor, este no será el más remunerado en la cadena y créanme que en esa ecuación, nos van muchas cosas.
El vicepresidente cubano visitó varios proyectos donde se vienen dando pasos camino al autoabastecimiento territorial.
En la finca Las Guerrilleras en Los Palacios, los campesinos han demostrado que la tierra produce si le haces todo lo que lleva. Ellos han logrado cubrir las 66 hectáreas planificadas para el fomento del plátano y hoy más de 75 mil plantas crecen con buen estado vegetativo.
También visitó a las fincas Las Nubes, un sitio donde se aprovechan los recursos naturales en función de la producción de alimentos y es hoy un polígono demostrativo, ejemplo a seguir por muchos.
Para no seguir dudando de que es posible lograr lo que se demanda, ahí está el polo productivo Hermanos Barcón, donde los usufructuarios tienen el reto de diversificar 1.200 hectáreas y aportar alimentos al municipio de Pinar del Río, en medio de un contexto complejo, donde el autoabastecimiento territorial debe ser la clave.
Si ellos y otros muchos en la provincia tienen resultados, entonces hay que mirarse en el espejo y replicar lo mejor.
Cuba atraviesa un momento complejo de su economía, acentuado por la pandemia y el bloqueo de los EE.UU que sí limita la llegada de insumos a los productores. A eso habrá que imponerse con creatividad, constancia y el permanente llamado a cambiar la manera de pensar y tomar decisiones por parte de algunos empresarios.
Descentralizar facultades y darle al municipio, a la provincia, la potestad de decidir precios marcará la diferencia y este camino para ganar en mayor autonomía desde lo local, tiene necesariamente que pasar por la eficiencia de la que les hablaba al principio.
Será la única manera de que lo que se siembre y se coseche rinda más en la mesa.