TOKIO.-Apenado, con la cabeza baja y buscando el horizonte para encontrar las palabras, se le vio llegar a la zona mixta del Nippon Budokan a Iván Silva, joven matancero en quien descansaba la única posibilidad de medalla de la delegación cubana este miércoles 28.
Él, subcampeón mundial en 2018 en la división de los 90 kilogramos, cayó aquí en su primer combate frente al turco Minhael Zgank, un hombre con quien tenía balance de una victoria y una derrota antes de llegar a estos Juegos Olímpicos.
«Si, yo pase por la COVID-19, por una lesión en el tobillo y otras dolencias que requirieron hasta de estudios médicos. Pero jamás le dije a la prensa nada de eso, no era mi tema ni lo será ahora. Muchos de los judocas que están aquí, o deportistas de otras disciplinas pasaron la enfermedad también. El tema mío era ganar y avanzar en el organigrama y no pude hacerlo, es todo», dijo Silva al responder si las dificultades incidieron en el resultado.
En el combate del cual salió eliminado podría decirse que llevó la iniciativa o, al menos intentó ser propositivo. Sin embargo, una cosa es moverse frente al rival y otra mover a ese oponente.
El judo necesita de la fuerza y de la velocidad del ataque del contrario, por eso cuando se está a la ofensiva hay que tener en el plan táctico todas las variantes.
Cada técnica tiene, ante la defensa del adversario una combinación, pero ojo, tanto a una como a la otra le corresponde un contraataque.
Es decir, es una danza, cuyo principal éxito, como en plató del teatro, depende de la fluidez del movimiento. Si el atacante o el defensor no son capaces de trasladar la figura de su rival, no hay victoria y mucho menos judo.
Por una cosa o la otra, lo cierto es que tres cubanos, han entrado al tatami del Budokan y solo Maylin del Toro ha podido hacer dos combates. Y en esta madrugada cubana, en los 78 kilogramos veremos a Kaliema Antormachi estrenarse en Juegos Olímpicos, con el gigantesco reto de encontrarse en su propio rupo eliminatorio a buena parte de lo mejor del mundo en esa división.
RUSIA SUBIÓ EL MARCADOR Y LA NET
Un servicio o saque eficiente y un bloqueo intransitable sobe la net fueron las armas con las que la pareja rusa de Makroguzova y Kholomina alcanzaron la victoria sobre su similar de Cuba, compuesta oor Lidyanis Echeverría y Leila Martínez, partido que consumió 39 minutos, 23 en el primer set y solo 16 en el segundo.
En la primera manga, el marcado no reflejaba una superiorida de ninguno de los dos binomios, porque si bien las europeas estuvieron debajo solo dos veces 6-7 y 7-8, lo cierto es que cuando se acercaba el final la ventaja rusa era solo de 18-16, momento en el cual se congeló la cuenta de la Mayor de las Antillas.
Pero en el otro parcial, las a la postre ganadoras jamás estuvieron por debajo, incluso la diferencia en el juego hizo que el marcador reflejara a un solo equipo en la cancha.
Ahora Lidys y Leila enfrentarán a Italia, última exigencia del grupo, obligadas a vencer en pos de aspirar a uno de los dos mejores terceros lugares dentro de las cuatro zonas d ecompetencia para poder pasar a la siguiente fase.
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