Las autoridades gubernamentales y sanitarias han reconocido la «compleja» situación de la provincia de Matanzas. Solo entre el 1 y el 10 de julio de 2021, se diagnosticaron en la provincia 16 447 casos.
El aumento de las personas hospitalizadas, la carencia de insumos, medicinas y el agotamiento progresivo de los recursos materiales y humanos disponibles, en un contexto de aumento de los contagios, han puesto al sistema de salud de la provincia en una situación de crisis.
En Twitter, durante la última semana se ha extendido la campaña #SOSMatanzas, a la que se han sumado influencers y personalidades internacionales que denuncian la situación actual y reclaman la creación de vías legales y sin trabas para el envío de ayuda desde otros países, y algunos solicitan la apertura de un corredor entre Estados Unidos y Cuba con este fin. Por su parte, el Gobierno ha denunciado esta campaña por considerarla afín con intereses intervencionistas del Gobierno norteamericano.
Sin embargo, en redes sociales han circulado videos, testimonios y opiniones sobre lo que ocurre dentro de los hospitales y las dificultades para acceder a la atención de salud. Ciudadanos y personal médico cuentan, en primera persona, su experiencia.
Los principales reclamos
Algunos usuarios de redes sociales han reclamado ayuda urgente, solidaridad, apoyo desde otras partes de Cuba y el resto del mundo. Denuncian que la atención médica no llega a las personas a tiempo o deben esperar en largas colas en un estado de salud deteriorado, porque no existe suficiente personal sanitario para cubrir todos los frentes que se están llevando a cabo al mismo tiempo en el territorio.
Todo ello en un contexto en el cual Cuba ha enviado 57 brigadas médicas y alrededor de 2 500 profesionales de la Salud a 40 países de diferentes regiones, según dijo recientemente el presidente Díaz-Canel.
Los matanceros declaran que no existen medicamentos suficientes para tratar los diferentes síntomas que presentan los pacientes positivos de COVID-19; que el personal de Salud está exhausto. Además, se necesitan insumos médicos y alimentación adecuada y suficiente para abastacer los centros de aislamiento y hospitales.
Las denuncias las hacen pacientes, familiares o personal médico que ha estado o está actualmente dentro de las instituciones de Salud; pero, también personas cuyas familias o amigos residen en Matanzas.
«Necesitamos ayuda. ¡Cárdenas necesita ayuda! ¡Matanzas necesita ayuda! ¡Cuba necesita ayuda!», fue un mensaje de la doctora Yisell Cutiño procedente de Cárdenas, en su perfil de Facebook, del que otros usuarios se hicieron eco.
Daily Rizo Cabrera, licenciada en Psicología, quien reside en Cárdenas y trabaja en el Policlínico Héroes del Moncada de esa localidad, ha afirmado en su perfil personal: «He visto sufrir mucho por decirle a los pacientes “no tengo camas, no hay capacidad, se agotaron los PCR, no hay medicamentos, deben trasladarse por sus propios medios, no llega la ambulancia, su familiar ha fallecido”. Los médicos no aguantamos más una jornada en la que tengamos que preguntar a la mamá de un bebé “¿tienes algo que darle para la fiebre?” (pregunta en dirección incorrecta). Y aguantar una convulsión febril con las manos en los bolsillos (historias reales). Se necesitan antibióticos, se necesitan esteroides. Y se necesita una alimentación adecuada para afrontar la enfermedad y las reacciones adversas de los medicamentos. Vimos colapsar el sistema de Salud en Italia, España, EE. UU., Brasil, Ecuador, la India… y una larga lista. Debemos reconocer ese colapso aquí en nuestra provincia».
La matancera Dayana Blanco comentó su historia personal en esta publicación de Daily Rizo, a quien le unen lazos de amistad: «Yo estoy enferma y no tengo medicamentos para tomar. Estoy muy asustada y como yo hay muchas personas. Tengo mucha falta de aire y no tengo antibióticos para tomar, estoy en espera de un PCR que está atrasado y en mi CASA».
El testimonio de la especialista en Psicología fue apoyado, confirmado y compartido por varios miembros del personal de Salud de la provincia.
Camila Ramos Pérez, quien estudió en la Facultad de Ciencias Médicas Matanzas, también comentó: «Se está dejando todo el trabajo sobre los hombros de un personal de la Salud cada vez más agotado física y psicológicamente. ¿Cuánto más hay que pasar para reconocer que Sí estamos colapsados, Sí necesitamos ayuda?».
Reniel Mesa Ramos, cardenense y actual residente de Cirugía General en el Hospital Clínico Quirúrgico Comandante Faustino Pérez, afirmó: «Apoyo totalmente la idea de que necesitamos ayuda. No es un secreto para nadie (aunque las autoridades se empeñen en negarlo) que nuestro sistema de Salud está saturado (colapsado)».
Mesa Ramos fue uno de los facultativos que compartió en su muro de Facebook la publicación de Daily Riso. Allí la usuaria Kenia López, residente en Varadero, le contó: «Viví en carne propia todo eso cuando estuve enferma hace unos meses, tenemos un cuerpo de médicos y enfermeras muy sacrificado y humano que sufre cuando no puede dar al paciente lo que necesita. Tuve neumonía y son pocos los equipos de aerosol que sirven, se pierde el oxígeno y los pacientes no pueden resolver. Tenía que ponerme en vena medicación para no ahogarme y ahora hay menos medicación».
Tanto pacientes como personal de Salud sostienen en sus publicaciones que los aquejados de infecciones respiratorias son enviados a sus casas, sin descartar un posible cuadro de COVID-19, por la falta de pruebas PCR y las insuficientes capacidades institucionales para hospitalizarlos. La carencia de medicamentos intrahospitalarios y en la red de farmacias impide que puedan tratarse los síntomas respiratorios. Lo peor, casos positivos al nuevo coronavirus se mantienen en sus hogares, sin tratamiento, algunos, hasta morir.
Yeni Herrera, cardenense, trabajadora del Hotel Royalton Hicacos Resort & Spa, publicó en su perfil personal: «Viví en carne propia la triste y dura realidad por la que está pasando a diario mi pueblo, tener que llegar a un centro médico y mirarle los ojos a los doctores y las enfermeras que con voz baja y temblorosa te dicen: “lo siento pero no tengo nada para bajarte la fiebre”, te dan una receta de antibiotico aún sabiendo que en las farmacias de toda Cárdenas y quizá en la provincia entera no lo vas a encontrar. Te llevas a casa al paciente con malestares y síntomas de un posible COVID con el corazón en la garganta porque en casa tienes otros familiares que también pueden ser vulnerables… Luego, entre amigos y familiares, logras resolver las medicinas indicadas, pero a la vez comienzas a ver a diario cómo otras personas suplican esa misma medicina, la pagan al precio que sea y luchan con todas sus fuerzas para que a la persona necesitada le llegue al fin tan valioso medicamento».
Entre los comentarios a esta publicación Eriandy Bedevia, cardenense, trabajador no estatal, aseguró: «No hay nada en Matanzas, ni siquiera médicos en Cárdenas suficientes para la cantidad de enfermos. Los enfermos llevan días en sus casas sin ser atendidos y sin PCR».
También Belkis González Sablón agregó su experiencia actual en un comentario: «Lo estamos viviendo en carne propia, mami positiva al test rápido hace siete días y todavía no han venido a casa para hacerle el PCR. Sunlay positiva también y nada, en la farmacia de Boca (Boca de Camarioca, Varadero, Matanzas) nada de medicamentos y cuando vienen colas hasta con la policía, ¿hasta cuándo?, la situación es dura, muy dura».
Delia Rosa Roque Betancour de San Antonio de Cabezas, Matanzas, refiere en un post publicado en el grupo «El club de los cabecences» la situación de su hermana Eliani puérpera, diabética, trasladada al hospital Faustino Pérez de la cabecera provincial contagiada de COVID-19. Delia Rosa Roque relata: «Ella refiere que su condición empeora, está descompensada de su diabetes, ya no tiene gusto, se siente malestar general y a pesar de haberlo dicho en varias ocasiones a los médicos no hay cambios en su tratamiento, que se basa literalmente en darle azitromicina (vía oral) y ozeptamivil. La familia está desconcertada. Vale resaltar que mi papá, hipertenso, mi abuelo de 94 años y mi mamá están en casa positivos a la COVID y ni siquiera les han visitado. El martes hubo que violar las normas y salir con mi abuelo para la posta médica del pueblo con aguda falta de aire. Mi mamá casi no puede levantarse de la cama. En el hospital a mi hermana no le están administrando el interferón porque no lo hay, no hay tirillas para medir sus niveles de glucosa, sus comidas no llegan o lo hacen fuera de hora, su merienda de hoy fue agua con azúcar». La periodista Sabrina López, de la misma localidad, compartió esta publicación.
Las imágenes que acompañan el post son capturas de pantalla de mensajes enviados por Eliani (la paciente ingresada) mediante WhatsApp, en los que describe la situación dentro del hospital:
Ana Guitart Sánchez, originaria de Varadero y residente en Quito, donde trabaja como asistente legal, denunció en su muro la presencia de una persona muerta por COVID-19, durante más de 24 horas «en el edificio donde vive mi mamá, calle I edificio 5, escalera 107, Santa Marta».
En el grupo Utopía Revolucionaria – Cuba, Dariel Rodríguez García, residente en Matanzas donde trabaja como operador de un servicio privado de guía turística, publicó una solicitud explícita de apoyo con medicamentos, atención médica y ayuda a los médicos. Su post abrió un debate en el cual participaron varios usuarios, al confirmar la necesidad y la situación de crisis:
El usuario Raphaelo BM, desarrollador de software en Cárdenas, refirió que «el hospital de Cárdenas hace 1-2 semanas ya andaba con camillas afuera, no solo por el COVID, por pacientes de mil cosas sin medicamentos; en ese tiempo no llegábamos a 200 casos diarios en toda la provincia, creo, ahora tenemos más de 1 000».
«Solo le suministran antibióticos a los pacientes graves, porque no hay para todos y siempre está la posibilidad de que mejoren sin tener que consumir los pocos recursos que quedan. En los hospitales no cabe nadie, y es literal, no caben», aseguró Lesly Jorge López, directora ejecutiva de Squirrel’s, originaria de Varadero, residente actualmente en La Habana.
La Dr.C. Alina Bárbara López Hernández, también matancera y coordinadora del medio de prensa La Joven Cuba, comentó: «Amigos médicos confirman que el oxígeno y los respiradores no alcanzan para todos los que lo necesitan. No hay medicamentos para que las personas que tienen síntomas menos graves puedan pasarlo en la casa. Una pastilla de azitromicina se vende en 150 pesos. Tampoco hay suficientes test de antígenos ni PCR para detectar el virus. No estoy inventando ni exagerando, es más, digo menos de lo que sé. Esta situación desborda las posibilidades de una provincia. Es muy grave lo que está ocurriendo».
Los mensajes refieren cansancio, desesperación y profundas carencias.
Carlos Manuel Trujillo, director nacional de Cuadro del Ministerio de Salud Pública, advirtió ante el Grupo Temporal Nacional que la gente está irritada y ansiosa. En los Cuerpos de Guardia a veces no tenemos agua, hay un solo baño para 40 personas; niños que tienen que esperar largo tiempo allí, horas incluso; adultos mayores que desde el día anterior aguardan por traslado.
Las autoridades se han referido al tema, pero el asunto es más complejo que una cuestión de espacio. Atenta contra el diagnóstico a tiempo y, en consecuencia, las posibilidades de cortar la transmisión y la atención desde los primeros momentos para evitar llegar a la gravedad y la muerte.
El 5 de julio, el doctor en Ciencias Biológicas, Amílcar Pérez Riverol, declaraba en su perfil oficial de Facebook que las cifras de casos confirmados diarios de la COVID-19 en Cuba y, en particular, de Matanzas plantean un escenario epidemiológico crítico. En esa fecha, Cuba se ubicaba como el decimoquinto país del mundo con más casos confirmados diarios de COVID-19 (según el promedio de la última semana hasta el 5 de julio) y el quinto en América Latina, un promedio superior al informado para América del Sur, la región más complicada del mundo en estos momentos.
No obstante, en medio de este escenario también se difunden desinformaciones, se comparten testimonios e imágenes de procedencia inverificable y se publican mensajes desde perfiles dudosos.
Aumento de casos y pocos recursos
De acuerdo con las cifras del anuario estadístico de Cuba al cierre de 2019, Matanzas contaba con un total de 4 368 médicos; 60.8 por cada 10 000 habitantes; con una proporción de 165 ciudadanos por médicos. Del total, 657 eran médicos de familia ubicados en la comunidad.
Por su parte, el personal de enfermería ascendía a un total de 4 640; 64.6 por cada 10 000 habitantes; con una proporción de 155 personas por enfermera/o.
En la provincia se contabilizaban 10 hospitales y 28 policlínicos. De estos 10 hospitales, 1 tenía menos de 50 camas; 4, entre 100 y 199 camas; 4, entre 100 y199 camas; y solo 1 contaba con más de 400. El total de camas ascendía a 3 038.
Además, Matanzas cuenta con casi 6 000 capacidades en centros de aislamiento. No obstante, el gobernador provincial ha declarado que se requieren 3 000 camas más para cubrir las necesidades de la provincia frente al elevado número de casos que presenta.
Por otra parte, el director nacional de Cuadro del Ministerio de Salud Pública reconoció que el territorio tiene estructuras de cuadros incompletas en diversas áreas de Salud; cuentan con 105 centros de aislamiento, pero estos demandan tres equipos de trabajo, para cumplir la rotación, con médicos, enfermeras y el resto de los trabajadores, cada uno; 65 consultorios médicos no tienen facultativos; y el Hospital Faustino Pérez de la cabacera pronvincial y el Hospital Julio Aristegui Villamil de Cárdenas son los puntos fundamentales y requieren refuerzos.
Entre las medidas tomadas por el Gobierno para resolver esta situación se anunció el 6 de julio que más de 500 profesionales de la Salud debían llegar a Matanzas «en las próximas horas», para apoyar las actividades asistenciales; 100 médicos y 100 enfermeras de la Brigada Henry Reeve; y 36 profesionales de los servicios médicos de las FAR.
Además, 370 recién graduados de la Universidad de Ciencias Médicas adelantarán el inicio de sus actividades profesionales para apoyar los servicios médicos en los municipios.
El ministro de Salud Pública, aseguró que se abrirán 25 nuevas capacidades para la atención a pacientes críticos y graves en el Hospital Militar y el Faustino Pérez, y se reajustará el Laboratorio de Biología Molecular del territorio, para lograr el procesamiento de unas 2 500 muestras.
Parte de la discusión pública desatada por la gravedad de la crisis sanitaria en los últimos días ha sido el tema de la convivencia de la población matancera con cientos de turistas rusos. Las sospechas se centran en una posible relación entre este turismo y el alza de los positivos, en vista de que los mayores índices de contagios se registran en la cabecera municipal y Cárdenas, donde vive la mayor parte de los trabajadores del polo turístico Varadero.
Las respuestas oficiales ofrecidas por la directora provincial de Salud, Dra. Ailuj Casanova Barreto, y Mario Sabines Lorenzo, gobernador provincial, han negado que el arribo de turistas rusos a los hoteles del territorio haya causado la expansión de la enfermedad y, por tanto, seguirá abierto el arribo de visitantes extranjeros.
Sobre la disponibilidad de medicamentos y aumento de la capacidad general para pacientes positivos no hay respuesta.
Hasta el 1 de julio —última información de las autoridades provinciales— el 40 % de la población total de la provincia de Matanzas había recibido al menos una dosis de los candidatos vacunales cubanos.
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