El rápido movimiento de la variante Delta se ha extendido a otros 16 países africanos, incluyendo su influencia en Sudáfrica. Desde su registro inicial en la India, su presencia ha ido aumentando exponencialmente semana tras semana.
De acuerdo con el último informe de la OMS, la variante Delta está impulsando una agresiva tercera ola de COVID-19 en África, con los casos aumentando más rápido que en todos los picos anteriores, así lo comunicó Naciones Unidas.
Tres de las cinco naciones que actualmente informan la mayor cantidad de casos se encuentran bajo la amenaza de esta variante, un 60 % más transmisible que las demás.
Durante seis semanas consecutivas ascienden los infestados con 202 000 casos positivos (un 25 % más la semana pasada) y un 90 % del máximo pico de 224 000 en la ola previa. Las muertes también aumentaron en un 15 % en 38 países africanos, a casi 3 000.
Delta ejerce su dominio en Sudáfrica. Este país representó más de la mitad de los casos en el continente la semana pasada. Igualmente, fue detectada en el 97 % de las muestras secuenciadas en Uganda y en el 79 % de las muestras de la República Democrática del Congo.
Especialistas de la agencia de la ONU explicaron que la variante también parece estar impulsando la enfermedad entre los adultos jóvenes. En Uganda, por ejemplo, se le atribuyen el 66 % de las enfermedades graves en personas menores de 45 años.
«La velocidad y la escala de la tercera ola de África no se parecen a nada que hayamos visto antes. La propagación desenfrenada de variantes más contagiosas lleva la amenaza a África a un nivel completamente nuevo. Más transmisión significa enfermedades más graves y más muertes, por lo que todos deben actuar ahora e impulsar las medidas de prevención para evitar que una emergencia se convierta en una tragedia», aseveró el doctor Matshidiso Moeti, director regional para África de la Organización.
Otras variantes se han informado en 32 y 27 países africanos, como es el caso de Alfa y Beta, respectivamente. Alfa identificada en la mayoría de los países del norte, oeste y centro de África, Beta con mayor extensión en la región sur. Ambas variantes son considerablemente más transmisibles que el virus original.
Según la OMS la demanda de oxígeno en África es ahora un 50 % mayor que en el pico de la primera ola hace un año, disparado con la crecida del número de casos y hospitalizaciones en todo el continente.
Con una aprobación de solo ocho vacunas seguras y efectivas hasta el momento en la lista de uso de emergencia de la OMS, los envíos a África han decaído.
«Mientras los desafíos de suministro continúan, compartir las dosis puede ayudar a cerrar la brecha. Estamos agradecidos por las promesas hechas por nuestros socios internacionales, pero necesitamos una acción urgente sobre las asignaciones. África no debe dejarse languidecer en medio de su peor ola hasta ahora», agregó el doctor Moeti.
Solo 15 millones de personas están completamente vacunadas en el continente, apenas un 1,2 % de la población africana.
Por otro lado, se pronostica que Delta podría ser dominante para agosto en Europa, con una tormenta perfecta de vacunación lenta y menos restricciones formándose para impulsar otra ola de casos y muertes en el continente», informó Naciones Unidas.
Hans Kluge, director regional de la agencia de salud de la ONU, informó que el número de casos aumentó en un 10 %, la semana pasada, impulsado por el aumento de las variantes, los viajes, las reuniones, la flexibilización de las restricciones sociales y los millones que aún continúan sin vacunarse.
La variante Delta está superando a Alfa muy rápidamente, traduciéndose en un aumento de hospitalizaciones y muertes.
El 63 % de las personas, sin embargo, aún espera por su primera dosis, lo cual advierte que para agosto Europa no estará lo suficientemente inmunizada, añadido a la flexibilización de las restricciones con un aumento de viajes y reuniones, indicó el doctor Kluge.
La efectividad de las vacunas se alcanza con dos dosis, según Kluge. El especialista insistió en la necesidad de agilizar el proceso de vacunación en favor de preservar las vidas humanas y minimizar los daños a la economía. «Cuanto más lentos sean los programas de vacunación, más variantes surgirán», señaló el doctor.
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