El reparto ya es masivo. Ha dejado de ser un fenómeno musical de nicho para convertirse en un símbolo que desde sus inicios mostró una popularidad meteórica. Todo comenzó con el reguetonero Elvis Manuel en 2006, cuyas canciones sonaban en bonches y fiestas urbanas, lejos de las discotecas exclusivas. El contexto cubano en el que surgió era particular; incluso en un país con limitado acceso a internet, el reparto encontró su camino hacia el imaginario musical de la gente.
Fue solo a partir de junio de 2013 que el gobierno permitió el acceso público a internet mediante un centenar de salas de navegación, con tarifas que resultaban prohibitivas para muchos. Más tarde, en diciembre de 2018, llegó la posibilidad de conectarse a través de datos móviles, un avance significativo, pero todavía insuficiente para explicar cómo y por qué el reparto ya había calado tan hondo en la cultura popular.
No sabemos con certeza qué factores hicieron de este una forma estética arraigada, pero sí podemos identificar sus anagramas. Chocolate MC, una de las figuras más influyentes y creador del género, dominó la escena entre 2010 y 2018. Sus letras y ritmos comulgaban con la identidad barrial y aún conectan con la realidad cotidiana de las comunidades de extramuros.
La distribución del Paquete Semanal (también conocido como el internet de los pobres) contribuyó y fue el vehículo de los procesos de escucha de los conocidos palos reparteros. Sin embargo, después de la pandemia, el discurso comenzó a cambiar: lo que antes era una celebración de la vida en el barrio se transformó en una aspiración por el lujo y el estatus.
La distribución del Paquete Semanal contribuyó y fue el vehículo de los procesos de escucha de los conocidos palos reparteros.
Esta expresión social y cultural, no solo cuenta la historia de una música, sino la de una nación que ha pasado por grandes cambios. La apertura a la comunicación digital, la expansión del acceso a internet, y la mayor ola de emigración en la historia del país han sido factores que han impulsado al reparto a nuevos horizontes; su narrativa conquista más allá de las fronteras de la Isla. Actualmente se ha convertido en la banda sonora de la Cuba que enfrenta grandes desafíos sociales, políticos y económicos.
El Protorreparto (2006-2010) vio los primeros intentos de independencia del subgénero respecto al reguetón clásico, con Elvis como figura central en la definición de un estilo propio. Durante la etapa del Morfa (2011-2017), el reparto consolidó su identidad, se separó definitivamente del reguetón y adquirió características distintivas, sobre todo en el plano musical. El Reparto Moderno (2018-2020) alcanzó la masificación y el gusto popular con códigos ya establecidos y reconocibles, evidenciados en su autonomía sonora, pero se vio truncado por la pandemia de la covid-19.
Finalmente, el Neorreparto (2021-presente) ha traído transformaciones progresistas, integrando a mujeres y nuevos herederos de la práctica, adaptándose a una generación que vive en un universo digital, donde el reparto sigue siendo un elemento central de su identidad. Ahora bien, ¿qué historia cuentan estas etapas?
Varias generaciones todavía recordarán La tuba (2007) de Elvis Manuel, una canción cuya letra muestra la sexualidad y la insinuación en un tono lúdico, utilizando el doble sentido con la palabra tuba[1] como eufemismo. Elvis Manuel es considerado el Pionero del Protorreparto que inspiró a generaciones reparteras posteriores, fundamentalmente a Chocolate MC, quien luego de la trágica muerte de aquel lo convirtió en bandera y estandarte de su música.
Elvis Manuel es considerado el Pionero del Protorreparto que inspiró a generaciones reparteras posteriores.
De Chocolate y del Úniko corresponde la autoría de Prapapampam (2010), también conocida como El campismo, una canción que se presenta como un hito al ser la primera en popularizarse y en emplear todos los elementos del pedal repartero: la clave del guaguancó a contratiempo con palmadas que ejemplifican este ritmo. Este tema aborda la promiscuidad juvenil con una letra que indica que una adolescente de 13 años se enamora de los dos autores, mucho mayores que ella, y aunque aparentemente la respetan por códigos de (supuesta) hombría, parecen encontrar diversión en este asunto, un tema hoy naturalizado en la vida de los barrios cubanos periféricos.
En el Morfa destacó un tema que revela una profundidad mucho mayor de lo que se percibe a simple vista, Guachineo (2015), de Chocolate MC, quien ya en esta etapa era considerado como El Rey del reparto. Sobresale por ser una de las primeras en emplear el término repartir como sinónimo de bailar reparto, que en esa época se refería probablemente a bailar guachineo[2]. Antes de Guachineo, canciones como La tuba de Elvis Manuel usaban la expresión «tú reparte» para indicar que la mujer, sujeto lírico de la canción, compartía algo tangible, lo cual contrasta con el adjetivo tacaña, sugiriendo que ella no es avara ni reservada, sino generosa y abierta. Pero en Guachineo el término comienza a hacer referencia no solo a acciones físicas, sino tambié