El verano es una época crítica para la generación de electricidad en Cuba. En julio y agosto de 2024, la demanda de luz eléctrica en el país estuvo por encima de lo que el Gobierno generó.
La Unión Nacional Eléctrica (UNE) reportó 510 MW (megavatios) de déficit de electricidad promedio, aunque hubo días en los que llegó a ser casi la tercera parte de la demanda. Lo anterior provocó reiterados apagones. No es posible saber cuántas horas sin corriente padecieron los cubanos durante la época veraniega porque es un dato que la oficialidad no publica.
El reporte diario de la UNE informa sobre las «afectaciones» que sufre el sistema eléctrico nacional. El sistema se «afecta» cuando produce menos de lo que necesita (demanda) y, por lo tanto, apaga zonas del país para lograr equilibrio. En otras palabras, mientras que el sistema tenga «afectaciones» —eufemismo técnico—, habrá apagones. El Gobierno puede estimar los valores de las afectaciones, lo cual le permite planificar y distribuir los cortes de luz. Las autoridades de cada provincia toman la decisión sobre qué zona apagar.
La cantidad y duración de los apagones dependerá de los MW de déficit que haya en cada momento. Aunque los valores se miden en tiempo real, los partes oficiales ofrecen una proyección estimada general de cada día, el valor de la «afectación» más alta del día anterior y la cantidad de tiempo que el sistema tuvo «afectaciones».
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La Unión Nacional Eléctrica reportó más de 900 horas de «afectaciones» en el sistema eléctrico durante julio y agosto. Lo anterior significa que durante una cuarta parte del verano, una o varias zonas del país estuvieron sin electricidad. En particular, en los 21 días que se reflejan en la gráfica (varios de ellos consecutivos), la Unión Eléctrica no pudo evitar apagones durante las 24 horas del día.
Consumir menos, porque no se puede producir más
Las expectativas del Gobierno en mayo de 2024 eran disminuir el consumo porque no era una opción producir más electricidad. Así lo anunciaron durante la sexta emisión del programa Desde la presidencia —participaron Miguel Díaz-Canel, presidente cubano; Alfredo López Valdés, director de la UNE; y Lázaro Guerra Hernández, director de operaciones de la UNE—.
Con el aumento de las temperaturas y las vacaciones escolares, la demanda de electricidad promedió 3 064 MW, según el estimado diario de la UNE. O sea, ese era el valor medio que se necesitaba producir para evitar los apagones y no se logró. Lo máximo que planificó producir la UNE, el 7 de julio, fue 2 830 MW. Cuando el déficit diario excede los 600 MW la situación se agrava y si está por encima de 1 000 son extensos y generalizados los apagones.
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Las peores situaciones se dieron entre el 18 y 20 de julio y el 20, 21, 22, 23 y 30 de agosto, con afectaciones de más de 1 000 MW durante casi la totalidad del día, una cifra superior a los pronósticos de déficit de generación de la UNE para esos días y significó que, aproximadamente, la tercera parte del país se quedó sin electricidad.
Guerra Hernández dijo en mayo de 2024: «hay una producc